El poder curativo de las crisis ( II ) Holger Kalweit- Grof




SEGUNDA PARTE:

CLASES DE EMERGENCIA ESPIRITUAL

CUANDO LA DEMENCIA ES UNA BENDICIÓN:
EL MENSAJE DEL CHAMANISMO



por Holger Kalweit



Mi cuerpo estaba temblando. Mientras seguía en ese estado, empecé a tener sacudidas. Me vino un canto desde fiera sin que yo pudiera hacer nada por detenerlo. Muchas cosas se me aparecieron mientras tanto: pájaros y animales enormes... Eran visibles sólo para mí y no para las otras personas que estaban en mi casa. Estas cosas suceden cuando un hombre va a convertirse en chamán; ocurren cuando quieren.


Narración de ISAAC TENS, indio gitskan The Shaman 's Doorway de STEPHEN LARSEN



El concepto de emergencia espiritual, que distingue las crisis de transformación de las perturbaciones psiquiátricas, está apoyado en las pruebas procedentes de diferentes disciplinas. Son particularmente importantes los datos relaciona dos con las tradiciones chamánicas, que se encuentran en las obras de antropología y de historia. El chamanismo es la religión más antigua y el arte de curación más remoto de la humanidad; su origen se remonta muy probablemente a la Era paleolítica, hace decenas de miles de años.

Chamán es un término utilizado por los antropólogos para designar una clase especial de hombre o mujer "medicina ", o brujo curandero, que entra regularmente en estados no ordinarios de conciencia para curar, obtener información por medios extrasensoriales o dirigir rituales para cambiar el tiempo o para cazar animales. El chamanismo es casi universal; su práctica se extiende a lo largo del tiempo desde la Edad de Piedra hasta nuestros días, y pueden encontrarse sus diversas formas en Africa, Europa, América del Norte y del Sur, Asia, Australia y Polinesia. El hecho de que las culturas chamánicas atribuyen un gran valor a los estados no ordinarios de conciencia es de suma importancia para el concepto de emergencia espiritual.

La carrera de muchos chamanes comienza con la vivencia intensa de un estado alterado de conciencia, que la psiquiatría tradicional occidental considera como la manifestación de una grave enfermedad mental. Éste incluye vivencias de descenso al mundo subterráneo, ataques de demonios, y torturas y ordalías inhumanas, seguida por una serie de experiencias de muerte y renacimiento y su consiguiente ascenso a los reinos celestiales. Durante este periodo, el futuro chamán puede experimentar un amplio espectro de emociones extremas y mostrar comportamientos muy extravagantes.
Cuando se juzgan los síntomas desde las pautas médicas occidentales, éstos indican una grave perturbación de tipo psiquiátrico. Sin embargo, cuando se completa y se supera con éxito esta crisis, produce una curación personal, un mejor funcionamiento social y el desarrollo de capacidades chamánicas. La persona es aceptada en ese momento por la tribu como un miembro muy importante y útil del grupo. No obstante, hay que subrayar que las experiencias extrañas por sí mismas no son suficientes para convertir a una persona en chamán. Ser chamán exige llegar con éxito al final de la vivencia y volver a un pleno funcionamiento en la vida diaria. Las culturas chamánicas distinguen claramente a los chamanes de los enfermos y de los locos.
Después de haber completado la crisis iniciática, un chamán es capaz de entrar en estados no ordinarios de conciencia de la manera que quiere y salir de ellos a voluntad. El chamán cumple esta tarea regularmente con el objetivo de curar a los demás, obtener una visión más profunda de la realidad y recibir inspiración artística. Al igual que las crisis chamánicas, estos estados poseen muchas características que la psiquiatría occidental tiende a ver como patológicas. Además, muchos chamanes tienen los medios y las capacidades para inducir estados similares en otras personas, pudiendo así realizar curaciones espectaculares de diversos estados emocionales y psicosomáticos.
Estas observaciones sugieren que la comprensión teórica de los estados psicóticos y su enfoque práctico que existen hoy día en la psiquiatría occidental, han de ser de nuevo examinados y valorados seriamente. Las pruebas procedentes de la cultura chamánica apoyan claramente la tesis central de este libro: que es posible enfocar algunos estados no ordinarios de conciencia de manera que tengan efectos beneficiosos para la persona implicada y para la comunidad.
Hemos escogido un fragmento de los escritos de Holger Kalweit, porque pensamos que está excepcionalmente cualificado para mostrar la relación entre el chamanismo y el problema de la emergencia espiritual. Kalweit es un psicólogo con muchos años de práctica clínica, un profundo interés por la antropología y una gran experiencia en la investigación práctica como etnólogo en Hawaii, en el resto de Estados Unidos y en el Himalaya. Con un método muy original, combina el estudio del chamanismo, la mitología de pueblos di versos, la psicología transpersonal y las experiencias al borde de la muerte. En su enfoque, los datos obtenidos en esta comparación de culturas son sometidos a un sistemático análisis interdisciplinario. Su resultado es una nueva orientación transpersonal que abarca la antropología, la etnología y la psicología.
Kalweit vive en Suiza y trabaja como escritor independiente. Su libro Dreamtime and the Inner Space: The World of the Shaman describe a los chamanes de diferentes culturas como pioneros que han preparado las bases para la investigación actual sobre la conciencia, a través de sus viajes internos y de sus descubrimientos en los territorios desconocidos de la psique humana. Su libro Ancient Healers, Medicine Men, and Shamans explora concretamente los aspectos curativos del chamanismo. Otro libro, Healing of Knowledge, escrito en colaboración con Amalie Schenck, expone la vía interna hacia el conocimiento y su relación con el enfoque tradicional que hace de éste la ciencia occidental.


La cultura y la medicina occidentales han declarado la guerra total a la enfermedad y a la muerte: a la muerte, porque significa el fin de nuestra existencia en la tierra, y a la enfermedad, porque perjudica nuestro disfrute de la vida. Consideramos la enfermedad como algo malo, algo de lo que hay que librarse lo antes posible, a lo que hay que poner fin. La vemos como algo que nos invade: un virus, un bacilo o cualquier otra cosa: de esta manera, la vivimos en el fondo como un proceso ajeno que incapacita, paraliza y destruye nuestro cuerpo por dentro, como un estado de cosas artificial que tiene que ser suprimido a toda costa. En resumen, la enfermedad y la muerte son las gárgolas de nuestra civilización.

La enfermedad constituye para nosotros una mancha sucia en el espejo impostor de nuestra megalomanía tecnológica.

Cuando la clemencia es una bendición


El sufrimiento y la enfermedad se ven en nuestra cultura como algo que emerge de una fuente hostil al cuerpo, y por ello sentimos que es totalmente natural nuestra lucha contra la enfermedad, la muerte, el sufrimiento y el dolor físico. Nuestro punto de vista estático del mundo rechaza cualquier clase de cambio, excepto tal vez el cambio tecnológico y económico. En especial, somos reacios a cualquier alteración de la conciencia y a cualquier cambio ontológico.


Si fuésemos capaces de entender la enfermedad y el sufrimiento como procesos de transformación física y psíquica, cono hacen los pueblos de Asia y las culturas tribales, ganaríamos una visión más profunda y menos desviada de los procesos psicosomáticos y psicoespirituales, y empezaríamos a darnos cuenta de las muchas oportunidades que ofrecen el sufrimiento y la muerte del ego. Nuestro largo y continuo combate contra la muerte y la enfermedad se ha enraizado tan profundamente en nuestra conciencia que incluso la psicología moderna se ha visto obligada a salir a la liza contra la debilidad física y la muerte. Como consecuencia, continúa ignorándose el sufrimiento físico y psíquico como medio de alterar la conciencia y como fuerza y mecanismo de transformación y de autocuración.
En estos últimos años, ha tenido lugar un revalorización de la conciencia -esa esencia que impregna todos los actos de nuestra vida-, junto con una actitud más positiva hacia los estados alterados de conciencia. Así pues, la ciencia ha empezado a valorar de nuevo el conocimiento sagrado de las culturas del pasado y de las sociedades tradicionales, que no consideran la enfermedad y la muerte como fundamental mente dañinas y hostiles, sino que reconocen su positivo dinamismo interno. Para estas culturas tradicionales, la enfermedad, el sufrimiento y la muerte son manifestaciones de la sabiduría inherente del cuerpo, a la que basta con rendirnos para alcanzar áreas de percepción capaces de revelar el verdadero fundamento de nuestra existencia terrenal.

Estas culturas tradicionales consideran la vida del Más allá y la muerte como un medio de regenerar y fortalecer nuestra existencia en la tierra. También ven la enfermedad como un proceso que nos limpia de los malos hábitos que hemos acumulado con nuestra falsa actitud ante la vida. Morir y sufrir una enfermedad grave forman parte de la experiencia básica de la vía del chamán. Esto no quiere decir que todos los chamanes tengan que atravesar esta clase de iniciación -existen otras posibilidades diferentes-, pero en las últimas fases del desarrollo del chamán es un medio de seguir transformándose. Por eso tenemos que abandonar los prejuicios que hemos mantenido durante generaciones y nuestro pesimismo respecto al dolor y al sufrimiento. Debemos aprender a mirar la muerte a la cara y llegar a entender la enfermedad como algo producido por un desequilibrio interno. Sólo entonces descubriremos su verdadero significado en el contexto de nuestra existencia. La enfermedad es una llamada a la autorrealización, al autodesarrollo y, en casos extremos -como muestra el siguiente relato-, a un tipo de iniciación chamánica.

En sus viajes por Siberia, el explorador húngaro Vilmos Diószegi recogió muchos informes sobre vocaciones chamánicas reveladas a partir de una enfermedad. En cierta ocasión,
preguntó a Kyslazov, un antiguo chamán de la tribu Sagay de Kyzlan sobre el río Yes, cómo había adquirido sus poderes:
Kyslasov reaccionó con un silencio sepulcral. Pero entonces,su mujer empezó a contar la historia:
¿Cómo se hizo chamán? Una enfermedad se apoderó de él cuando tenía veintitrés años y se convirtió en chamán a los treinta. Así fue como llegó a ser chamán, después de la enfermedad, después de la tortura. Había estado enfermo durante siete años.
Estando enfermo, tenía sueños: sufrió varias palizas y, a veces, era llevado a sitios extraños. Viajó mucho en sus sueños y vio muchas cosas... La persona de la que se apodera la enfermedad del chamán y no empieza a ejercitar el chamanismo sufre mucho. Puede perder su mente, e incluso puede que tenga que entregar su vida. Por eso se le avisa: "¿Tienes que hacerte chamán para no sufrir!". Algunos llegan a decir: "Yo me hice chamán solamente para escapar a la enfermedad"
Sungchugasev, otro chamán que estaba presente, añadió:
El hombre escogido para ejercer el chamanismo es antes reconocido por los espíritus negros. Los espíritus de los chamanes muertos se llaman espíritus negros. Hacen enfermar al elegido y le fuerzan a convertirse en chamán.
Suzupken, un antiguo chamán importante de la comunidad siberiana Soyot, establecida cerca del río Suy-Surmak, contaba lo siguiente acerca de su larga enfermedad y de su llamada al chamanismo:
Ha durado mucho tiempo. Dos de mis hermanos y yo fuimos a cazar ardillas. Ya entrada la noche, estábamos atravesando una montaña en pos de las ardillas, cuando de repente vi un cuervo negro justo en medio del camino.

Estábamos avanzando en fila india. Yo iba el primero. Me acerqué, pero el cuervo siguió acurrucado en medio del camino. Se mantenía allí esperándome.
Cuando llegué donde él estaba, le tiré un poco de nieve de una rama.
El cuervo permaneció inmóvil.
Entonces le golpeé el pico con mi bastón.
Kok-kok. El golpe resonó intensamente.
¿Qué estaba pasando? ¿Qué me iba a suceder? Porque la noche anterior -del día que vi el cuervo- ya me había sentido muy mal.
Al día siguiente volví al sitio donde había visto al cuervo.
¡No se veía ni una huella por ninguna parte más, es decir, mis hermanos, también lo habían visto.
Desde entonces, desde el momento en que golpeé el pico de ese cuervo, me puse muy enfermo. Mi mente se trastornó. He estado sufriendo durante siete años.
Entre los soyot de Siberia, la mayoría de los que van a convertirse en chamanes se ponen enfermos; las niñas entre los diez y los doce años, y los jóvenes, entre los veinte y los veinticinco. Sufren dolores de cabeza, náuseas, y pérdida de apetito. Cuando se llama a un chamán para que atienda uno de es tos casos, dice que uno de los espíritus de la montaña quiere convertir al enfermo o enferma en chamán. Uno de éstos, llamado Sadapquan, de la región de Ulug Dag, estuvo enfermo en cama durante todo un año antes de su iniciación. Sufría del corazón, gritaba frecuentemente de dolor, y se comportaba como un loco. Por aquella época tenía treinta años. Los soyot llaman albos a este periodo durante el que un espíritu atormenta al futuro chamán. Este lapso de tiempo suele convertir se en un "agujero" en la vida del chamán: no puede recordar lo que le sucedió. Murmura palabras ininteligibles, tiene hábitos extravagantes en la forma de comer, y canta sin cesar.
El hijo dé un chamán llamado Sandyk, perteneciente al área cercana a Sistigkhem, contaba cómo su padre vivió su llamada al chamanismo:
Al principio mi padre estaba débil: tenia un corazón delicado y había sufrido varios ataques. Por ello la gente pensaba que tenia que empezar a practicar el arte charnánico. Se le apareció un espíritu, o más bien dos: Sárál covdu y Támir qastaj. El primero era lo que llamamos un "gran espíritu- (Uluy aza). Cerca de Khamsara vivía un famoso chamán de la tribu Aq coydu, lla mado Amyj o Taqqa. Cuando se le llevó a ver a mi padre le dijo: "El quince de este mes te convertirás en chamán". Amyj era un gran chamán.
Entre los tofa siberianos, también los chamanes se ponen enfermos antes de su iniciación y son atormentados por los espíritus. Un chamán llamado Anjataj sufrió durante tres años dolores de cabeza y también en las piernas y en los brazos. En sus sueños, los espíritus le pedían que se hiciera chamán. Durante tres días durmió en una barca. Cuando se sintió mejor siguió su llamada interna. El chamán Vassily Mikailovic del clan de lo amastayev, que fue iniciado a la edad de dieciocho años, estuvo tan gravemente enfermo que no pudo levantarse de la cama durante un año entero. Sólo mejoró su salud cuando accedió a las demandas de los espíritus.
Franz Boas ha recogido las experiencias de un indio kwa kiutl, que se hizo curandero después de haber sido muy crítico y haber dudado de los chamanes. Un día se fue con otros de caza remando en una canoa a lo largo de la costa. Vio un lobo que se asomaba sobre una roca. El lobo estaba revolcándose sobre su espalda y frotándose el hocico con las garras. Para gran sorpresa de todos, no huyó cuando se acercaron, sino que parecía confiado. Tenía un hueso de ciervo clavado en su boca ensangrentada, miró a los cazadores como si estuviera esperando ayuda de ellos.
El joven cazador calmó al lobo diciéndole: "Amigo, tienes problemas. Si te curo, amigo, seré como un gran chamán. Te quitaré tu problema y te pondré bien, amigo. Pero recompénsame, amigo, de manera que, como tu, pueda obtener las cosas fácilmente, que pueda cazar a cuenta de tu fama de arponero y de tus poderes sobrenaturales. Así pues, recompensa mi amabilidad contigo, amigo. ¡Vamos! Siéntate tranquilo en la roca y déjame hacer para sacarte ese hueso". Más tarde soñó que un lobo se le aparecía en forma de arponero. Le dijo dónde encontraría las focas y le aseguró que siempre sería un cazador con fortuna.
A lo largo del tiempo, siempre se las arregló para llevar a casa una buena caza. Un día, otros miembros de su tribu encontraron unos embalajes llenos de ropa y comida que no parecían pertenecer a nadie. Pero el contenido de esos embalajes había sido contaminado por la viruela (tal vez, de manera intencional por los colonizadores blancos). Todos sus compañeros de caza murieron y él estaba en medio de ellos, sin poder levantarse y sin ninguna esperanza, cuando dos lobos se le acercaron trotando y empezaron a lamerle. Vomitaron por en cima de todo su cuerpo espuma, que volvieron a lamer y a vomitar sobre él. Continuaron haciéndolo hasta que se sintió mejor. Entonces, reconoció al lobo que él había salvado.

Curado por los lobos, continuó rondando con sus hermanos lobos. Pero un día su amigo lobo apretó su hocico contra su pecho y vomitó toda su fuerza mágica en él. Entonces cayó en un profundo sueño y soñó que el lobo se transformaba en un ser humano y que le decía que ahora podría curar a los enfermos, proyectar la energía que hace enfermar a las personas, y capturar almas. Cuando se despertó estaba temblando de pies a cabeza. Ahora ya era un chamán. Se sintió bien y pasaba todo el tiempo en una especie de delirio cantando las cuatro canciones sagradas que el lobo le había legado.
He aquí otra historia de alguna manera parecida: la de Lebi'd, otro indio kwatiutl. Lebi'd permaneció enfermo durante tres inviernos en una barca. Cuando murió hacía un frío terrible. La nieve y la tormenta continuaban sin parar, de manera que no podía ser enterrado. Una y otra vez, la gente tenía que posponer su ritual funerario. De repente, se le oyó cantar una canción, y los lobos que empezaron a reunirse alrededor de su cadáver aullaban con él. Entonces la gente supo que Lebi'd se había convertido en un chamán.
Siguió a los lobos al bosque, y aunque la gente le buscó, no pudieron encontrarle. Al segundo día, pudo oírse un canto en la lejanía. Mientras tanto, habían limpiado su casa y todo el mundo estaba esperando su regreso. Habían encendido un fuego en el hogar, y tocaron el tambor tres veces. Entonces, Lebi's apareció completamente desnudo y cantó una canción sagrada:
Fui llevado muy lejos, tierra adentro, hasta el borde del mundo,por el poder mágico del cielo, el tesoro, ha, wo, ho. Sólo entonces fui curado por éste, cuando realmente me lo in
fundió, el que devuelve la vida pasada, Nau'alakume, el teso ro, ha, wo, ho.
Lebi'd bailó y bailó, y cuando todo el mundo se había ido y sólo quedaban otros chamanes, según la costumbre empezó a contar lo que le había sucedido.
Cuando murió, se le había aparecido un hombre y le había invitado a que le acompañara. Se había puesto en pie y que dado sorprendido de ver su cuerpo tendido en el suelo. Había corrido hasta el bosque y entrado en una casa, en donde un hombre llamado Nau'alakume le había dado un nuevo nombre y le había transmitido su poder chamánico vomitando sobre él un cristal de cuarzo. Mediante un canto sagrado, había hecho que el cuarzo entrase en él (Lebi'd) por la parte inferior de su caja torácica. Así es como se había convertido en chamán. Mientras, los lobos se habían transformado en seres huma nos. A medida que cantaba, Nau'alakume apretaba la cabeza de Lebi'd, primero con su mano izquierda, luego con la derecha, y al final con las dos. Después pasó sus manos sobre todo el cuerpo de Lebi'd y le extrajo la enfermedad. Repitió el ritual cuatro veces.
Todas las demás criaturas presentes se quitaron entonces sus máscaras de lobo y se acercaron a su cuerpo muerto. Cuando Nau'alakume le exhaló el aliento, los lobos le lamie ron. Antes de que esto ocurriera, habían hecho que su alma se encogiera hasta el tamaño de una mosca. Entonces su alma fue introducida de nuevo en su cuerpo a través de la cabeza. Inmediatamente, su cuerpo recobró de nuevo la vida. Empezó a cantar una canción sagrada -esta vez, ya dentro de su cuerpo- y salió de nuevo al bosque con los lobos, en donde Nau'alakume le enseñó no sólo como curar enfermedades, sino también cómo introducir enfermedades en los demás. También le profetizó que Lebi'd soñaría siempre con él y que podría siempre recurrir a él siempre que lo necesitara.
Estos ejemplos de cómo dos indios kwakiutl vivieron su llamamiento describen un encuentro con espíritus benefactores en forma de animales -en ambos casos eran lobos, que realmente eran humanos disfrazados. El lobo vomita su fuerza mágica sobre los indios, quienes, como suele ocurrir en los casos de estados alterados de conciencia, entran en un estado de euforia. En la mayoría de los casos, la experiencia de resucitar tras terribles tormentos, enfermedad y haber estado cerca de la muerte, va acompañada de un sentimiento de euforia, porque el sufrimiento ha anulado las características previas de la enfermedad. La enfermedad es un proceso purificador que limpia todo lo malo, lastimoso y débil. Anega al individuo como un río desbordado y lo libera de todo lo que es limitado y pasivo. En este sentido, la enfermedad se convierte en la puerta de la vida. En todas las culturas, las personas que han tenido una experiencia cercana a la muerte encuentran seres que representan la resurrección de la vida. Estos seres otorgan la vida; son portadores del poder divino. Después de la enfermedad -con tal de que ésta haya sido suficientemente grave e intimidante- comienza una nueva vida, una existencia transformada.

La historia de Lebid's muestra otra característica típica de la experiencia al borde de la muerte*. Cuando Lebi'd "muere" y abandona su cuerpo, viene a su encuentro un ser del Más allá que le lleva a una "casa" -simbolismo del estado trascendente-, en donde no sólo se le da un nuevo nombre para confirmar su transformación interna, sino que también se le introduce en el pecho cristales de cuarzo -símbolos de transparencia, iluminación y poder mágico. El espíritu dador de vida arranca estos cristales de sí mismo y los escupe fuera, permitiendo con ello a Lebi'd compartir su naturaleza y su fuerza viva.
Lo que sucede a continuación recuerda muy de cerca los métodos del tratamiento magnetopático, la imposición de manos a través de las cuales se saca o se expulsa literalmente la energía negativa -o enfermedad.
* ONDE (Near Death Experience), en ocasiones traducido por ECM (Experiencias Cercanas a la Muerte). (N. del T.)Esta práctica es común a todos los sanadores psíquicos del mundo. El Lebid's restablecido es a partir de ese momento depositario de un conocimiento superior. Los lobos y el dador-de-vida le acompañan hasta su cuerpo muerto y hacen que su alma entre de nuevo en éste. En adelante, el dador-de-vida es el espíritu benefactor de Lebi'd, que estará a su lado cada vez que cure a alguien. Lebi'd se convirtió en chamán con la ayuda de la misma esencia de la vida, apoyada por lobos que representan las fuerzas del reino animal. Se convirtió en un Elegido, capaz de ver la vida y la naturaleza sin distorsión, porque se le había retirado de los ojos la máscara de la ignorancia y del error terrenales.
Es las islas indonesias Mentawai, la llamada al chamanismo también es precedida por una enfermedad -en este caso malaria-, enviada por los espíritus celestiales. La persona des tinada a convertirse en chamán sueña que asciende al cielo o va al bosque a buscar monos. Si los espíritus conducen a alguien escogido para el chamanismo al cielo, se le da un nuevo cuerpo hermoso parecido al de los seres-espíritus. Después de su vuelta a la tierra, éstos le ayudan en sus curaciones. De esta manera nace un nuevo vidente, conocido como Si-kerei, alguien que posee moderes mágicos: "ojos que ven y "oídos que oyen".
En este punto podríamos preguntarnos con toda justicia si la enfermedad es enviada por los espíritus celestiales mismos, o si debería ser considerada como una consecuencia derivada del crecimiento espiritual de la persona, de un proceso que tiene como objetivo revelar al iniciado enfermo el mundo celestial y su mundo interno. Sea como sea, en muchas culturas tribales el impulso inicial hacia la transformación proviene del cielo o del mundo subterráneo, porque allí es donde se recibe un nuevo cuerpo: el cuerpo-espíritu de los seres del Más allá, que proveen al iniciado de sus conocimientos y poderes, y le permiten trascender la materia, el espacio y el tiempo.

Entre los zulús, alguien destinado a convertirse en chamán (Inyanga) se pone de repente enfermo, se comporta de manera extravagante, y es incapaz de comer alimentos corrientes. Sólo comerá ciertas cosas. Continuamente se queja de dolores en diversas partes del cuerpo y tiene los sueños más increíbles; se vuelve una "casa de sueños". Fácilmente se pone a llorar, al principio sollozando para sí mismo y después en alto para que todo el mundo le oiga. Puede que esté enfermo durante varios años antes de cantar su primer gran canto. Cuando esto sucede, los otros miembros de la tribu acuden corriendo y se unen a él. Entonces todo el mundo espera su muerte, que puede suceder cualquier día. Todo el pueblo tiene dificultad en dormir por la noche, ya que alguien que va a convertirse en un Inyanga causa mucha intranquilidad. Éste apenas duerme. Y si se queda dormido, se despierta rápida mente y empieza a cantar incluso en medio de la noche. Tal vez se ponga sobre la cabeza para saltar al techo o a saltar como una rana, dando sacudidas y cantando. Sus espíritus benefactores continúan murmurándole al oído y le prometen que pronto será capaz de aconsejar a los que acudan a él. Puede oír el susurro de los espíritus y conversar con ellos en len guaje humano. Sin embargo, normalmente no se da cuenta al principio de qué es lo que intentan decirle.

En este punto todavía no está claro si sufre de una enfermedad que le convertirá en Inyanga, o si simplemente está loco. Si la gente cree que está destinado a convertirse en chamán, dice: "Ah, ahora podemos ver. Está en su cabeza". El espíritu benefactor (Itongo) es percibido al principio de una manera más bien vaga y por eso no puede entender lo que está queriendo trasmitir. Por esta razón, los demás miembros de la tribu deben ayudarle a desentrañar lo que ha visto. En breve, el Itongo dirá: "Ve a Fulanito que te curará". Entonces el iniciado progresa. Cuando el espíritu benefactor promete por fin permanecer a su lado, dice a la persona enferma: "No eres tú quien hablará a la gente, sino que nosotros les diremos todo lo que necesiten saber cada vez que vengan a pedir consejo". Si los parientes de la persona enferma no quieren que se convierta en chamán, recurren a otro curandero reconocido y le piden que apacigüe al espíritu. En ese caso, puede ser que el espíritu abandone al hombre en cuestión, pero lo más pro bable es que permanezca enfermo el resto de su vida. Aunque no se convierta en Inyanga, todavía poseerá un conocimiento superior y la gente dirá de él: "Si se hubiera hecho vidente, hubiera sido un gran vidente, un vidente de primera clase". 
El Mundu mugu, el chamán de los keniatas kibuyu, recibe su llamada y su apoyo espiritual de Dios (Ngai). Sin embargo, se da por supuesto que tiene una predisposición innata para curar. El estímulo para la iniciación como Mundu mugu surge de una enfermedad caracterizada por intensos sueños, alucinaciones, incapacidad para concentrarse, vista debilitada, y formas extrañas de comportamiento. Al mismo tiempo, a su familia le ocurren una serie de desgracias y accidentes. Si otro Mundu mugu afirma que estas señales son significativas, la iniciación es confirmada y sancionada públicamente.
Después viene la ceremonia de iniciación. Si el novicio es pobre y no puede pagar los festejos, se hace de todas maneras un ritual para aliviar su dolor y otorgarle el estatus de Mundu mugu "no confirmado". Si es rico y puede pagar los festejos propios de la ocasión, se convierte en un Mundu mugu plenamente reconocido. A continuación se especializa en aptitudes particulares como la profecía, el diagnóstico de enfermedades, el conocimiento de hierbas, la recuperación de la fertilidad de las mujeres, el desenmascaramiento de brujos, o la curación de enfermedades mentales.'°
Según Young Sook Kim, la llamada de mujeres chamanes se manifiesta mediante diversos trastornos fisiológicos, formas llamativas de comportamiento social, actividades escandalosas, descortesías, y un estilo de vida que subvierte los valores culturales tradicionales. Por ejemplo, las mujer que va a ser chamán puede que lleve vestidos de invierno en verano, se bañe en agua fría en invierno, revele secretos cuya sola mención es tabú, o empiece a pronosticar la fortuna de la primera persona que pase por la calle. Esta enfermedad se la conoce por el nombre de Sinbyong, "poseída por los espíritus" o "los
espíritus han bajado", y puede ser acompañada por alucinaciones visuales y auditivas. Al principio, a los familiares les es muy difícil determinar si la mujer en cuestión está mental mente trastornada o si están tratando con una vocación chamánica, porque en muchos casos es prácticamente imposible distinguir los síntomas iniciales. Los coreanos creen que los espíritus visitan especialmente a aquellas personas cuyos "matan" (corazón o alma) han sido "divididos" y a los que se ha conferido un destino trágico.
En Corea, a los chamanes (Mu dang), de los que 60.000 están actualmente organizados en una asociación profesional (se estima que el número de chamanes no registrados asciende a más de 140.000), ya no se les otorga un alto estatus, sino que se encuentran en el rango más bajo de la escala social, junto con las prostitutas, los mendigos, los adivinado res, los monjes budistas y las bailarinas. Muchas más mujeres que hombres se sienten llamadas a convertirse en Mu dang, aunque hay algunos hombres y algunos hermafroditas que se sienten atraídos hacia el chamanismo. En la península de Corea, el noventa por ciento de los chamanes en activo son mujeres; en la isla de Cheju, constituyen el sesenta por ciento. La conducta y la manera de vestir de los hombres chamanes es extremamente afeminada.
La llamada al chamanismo sucede de tres maneras:

1. Por nacimiento en una familia Mu dang o por adopción. 

2. Por aprendizaje.
3. Por sentimiento espontáneo o vocación.

El caso más frecuente, la experiencia psíquica de una llamada, comienza con una enfermedad que no puede ser cura da mediante métodos de tratamiento tradicional. La persona en cuestión oye voces, habla en lenguas extrañas, sólo puede tomar alimentos líquidos, y adelgaza hasta convertirse en un esqueleto. Se alternan los momentos de depresión y momentos de compulsión maníaca en los que baila hasta quedar inconsciente. La persona enferma da grandes paseos hasta la montaña o el mar y tiene sueños en los que espíritus benefactores le dan instrucciones y razones para fundar un nuevo culto. El chamán novicio se ve abrumado por visiones del panteón nativo de dioses, o tal vez adquiera sus objetos de poder cayendo repentinamente al suelo. Después de un acontecimiento trágico, como la muerte de un familiar, una epidemia o un periodo de hambruna o de crisis económica, una persona puede convertirse en aprendiz de Mu dang, si los monasterios budistas a los que va el enfermo mental para ser cura do son incapaces de aliviar los síntomas de la enfermedad. En estos casos, a la llamada espontánea le sigue un aprendizaje que dura varios años con un Mu dang más viejo y experimentado.

Nos gustaría ilustrar la génesis de esta enfermedad con informes sobre la llamada de dos mujeres chamanes coreanas:
El novio de la señora Lee Kum Sun murió cuando tenía veinte años, lo cual le produjo a ésta una enorme tristeza. Poco antes,sus padres habían arreglado su boda con su marido actual, pero su novio muerto se le aparecía una y otra veza en sueños. A la edad de treinta y dos años, empezó a verle en sueños continua mente y desarrolló los primeros síntomas de su enfermedad. Un día soñó que corría descalza y completamente desnuda hasta el pie de una montaña, donde un hombre con barba blanca se le aparecía y le prometía salud y buena fortuna. A los cuarenta años fue iniciada por una vieja chamán. A partir de entonces,todo fue bien y recuperó su salud.
Desde el primer momento, a la señora Oh Un-sook no le gustaba su marido. Después de varios años, se desarrollaron diversos síntomas. Perdió el apetito, no podía comer carne o pescado,sólo bebía agua fría y empezó a tener dolores de cabeza. Pasaba la mayor parte del tiempo sola. Estos síntomas duraron diez años. Cuando llegó a los cuarenta, soñó con truenos y relámpagos y con una columna de luz que golpeaba su cabeza tres veces. A continuación, se le aparecieron en un sueño tres viejos que venían del cielo. Un día tuvo la visión de un gran general monta do en un caballo blanco que se acercaba a ella. Desde entonces, soñó muchas veces que se iba a la cama con él. A los cuarenta y siete años fue iniciada como chamán y todos sus síntomas desaparecieron. 
En una de estas dos mujeres, la llamada al chamanismo fue desencadenada por la pérdida trágica de un amante, y en la otra, por un matrimonio desafortunado. Los psicólogos no dudarían en decir que éstos son dos claros ejemplos de un de seo de escapar a una realidad insatisfactoria. Sin embargo, dicha conclusión sería algo prematura. No debemos subestimar el hecho de que un matrimonio desafortunado y la muerte de un amante son experiencias traumáticas que pueden proporcionar un terreno fértil para entrar en un estado alterado de conciencia. El choque traumático puede causar el colapso de las estructuras psíquicas, de donde se sigue la posibilidad de que empiece a desarrollarse a partir de las ruinas de la con ciencia normal una sensibilidad más sutil y paranormal. Lee Kun Sun encontró un viejo de barba blanca -el arquetipo de la sabiduría- y Oh Un-sook tuvo la visión de un héroe cultural coreano -también símbolo de sabiduría y de fuerza-. Además, Oh Un-sook comparte la cama del general, que es otro indicio de su íntima conexión y fusión con lo transpersonal.
La visión de una columna de luz por parte de Oh Un-sook refuerza también la impresión de que podemos estar ante una manifestación iluminadora que permitiese el contacto con el Más allá y con seres celestiales. Estos dos simples relatos indican que tal vez no nos enfrentamos a creaciones abstrusas de mentes descarriladas, sino más bien a una forma más elevada de percepción interna intuitiva.

Eduardo Calderón, un curandero peruano, comenzó a ser acosado por sueños y visiones inquietantes durante su niñez:


Cuando era niño, más o menos entre los siete y los ocho años, tenía sueños raros. Todavía los recuerdo. Recuerdo sueños en los que yo volaba, en los que mi ego se separaba del estado en el que estaba, y yo iba a sitios extraños en forma de espiral. O volaba a una velocidad vertiginosa: sssssssss, y me iba. Intentaba retenerme y no podía. Extraños sueños, extraños. Los seguí teniendo hasta la edad de doce o trece años....

He visto cosas como si alguien abriera una puerta y la puerta siguiese cerrada. He tenido pesadillas, pero no pesadillas normales. Me he visto introducido en un agujero en el aire y he viajado a través de un inmenso, inmenso vacío. He sentido pesadez en todo mi cuerpo, como si mis manos fueran enormes pero no pudiera coger nada con ellas. No podía levantarlas. 
Eduardo comenzó a seguir su llamada de servir a la humanidad a una edad temprana. Sin embargo, su aspiración a estudiar medicina se vio frustrada por la pobreza de su familia; así que no tuvo otro remedio que ganarse la vida utilizando sus talentos artísticos. Cuando tenía veintiún años se apoderó de él una enfermedad típicamente chamánica, que la
medicina moderna fue incapaz de diagnosticar o de tratar terapéuticamente:

Estaba estudiando en Lima Bellas Artes y, de repente, empecé a beber y a gastar todo el dinero en bebida. Caí en cama con una enfermedad rara. Una vez vi un gato sobre mi hombro izquierdo. Fue suficiente para que, con esta impresión del gato, todo me saliera mal... y perdí la capacidad de sostener cosas en la mano y de estar de pie. Perdí todas mis fuerzas. Según me contaron después, no podia mantenerme en pie quieto y caminaba como un sonámbulo.

Como la familia de Eduardo confiaba en la competencia de los curanderos, llamaron a una mujer sanadora que conocía las propiedades de las hierbas. Ésta le dio a beber a Eduardo u brebaje de extractos de plantas, con el que vomitó un líquido negro, a pesar de que no había bebido ninguna otra cosa. Inmediatamente mejoró. Basándose en sus experiencias durante la enfermedad, decidió hacerse curandero. Se ganaba la vida trabajando como estibador en el puerto y haciendo cerámica en su casa. Al mismo tiempo, se hizo aprendiz de un curandero local. También estudió con varios chamanes en chiclayo, Mocupe y Ferranafe, en el norte de Perú. Durante varios años fue el asistente de estos curanderos, hasta que su maestro de Ferranafe le dio el reconocimiento de estar plenamente capacitado para ejercer por su cuenta.
Por entonces tenía veintiocho años y había pasado cuatro como aprendiz de chamán. Juró no hacer nunca mal uso de sus poderes y ejercitarlos sólo en beneficio de la humanidad. Eduardo considera que el chamanismo es únicamente una cuestión de "ver", una capacidad u oficio que todo el mundo puede adquirir, con tal de que adquiera la formación regular adecuada. No obstante, queda abierta la cuestión de si es suficiente con dicha formación y práctica para lograrlo, ya que Eduardo -como muestra la historia de su vida- fue llamado para esta actividad por un poder superior. Además, no debemos de excluir la posibilidad de que heredase cierta predisposición chamánica, puesto que sus dos abuelos eran chamanes.
A partir de una descripción proporcionada por W. Sieroszewski, podemos hacernos una idea de las cualidades liberadoras y curativas de las sesiones chamánicas, en las que el mismo chamán se siente afectado y debilitado por la enfermedad. El chamán de la tribu yakut, Tüsput, que estuvo gravemente enfermo durante más de veinte años, sólo podía en contrar alivio de su sufrimiento cuando dirigía una sesión en la que caía en trance. Al final, recobró totalmente la salud con este método. Sin embargo, si no tenía sesiones durante un largo periodo de tiempo, comenzaba de a sentirse de nuevo mal, exhausto y sin voluntad.'? En general, los síntomas de una enfermedad disminuyen cuando el candidato a chamánentra en trance. El mismo fenómeno fue observado por L.W. Shternberg en el caso de un chamán siberiano, a quien incluso sus colegas eran incapaces de curar. Únicamente le abandonó la enfermedad, cuando aprendió cómo entrar en estado de trance.'$ Igualmente, G. Sancheyev hace referencia a un chamán que al principio se negaba a seguir su llamada, pero que fue forzado por la enfermedad a asociarse con los espíritus y a dirigir sesiones, que al final le llevaron a su total restablecimiento. 
La historia del chamán yakut, Uno Harva, también describe la recuperación de su enfermedad, cuando por fin accedió a hacerse chamán:
Caí enfermo cuando tenía veintiún años y empecé a ver con mis ojos y a oír con mis oídos cosas que otros nunca podían ver ni oír. Durante nueve años luché contra el espíritu, sin decir a nadie lo que me sucedía, porque temía que no me creyesen o que se burlasen de mí. Al final, me puse tan enfermo que estuve cer ca de la muerte. Así que empecé a hacer actos chamánicos y rápidamente mi salud mejoró. Incluso ahora me siento mal y enfermo siempre que estoy inactivo como chamán durante mucho tiempo
.
Adrian Boshier describe la enfermedad de Dorcas, la hermana de un predicador metodista, que es reconocida actual mente como una chamán zulú (sangoma). Durante tres años estuvo en cama y sólo podía ingerir pequeñas cantidades de alimentos y de bebida. Por la noche, abandonaba su cuerpo y visitaba lugares lejanos; de esta manera viajaba a todas partes. Incluso los médicos blancos estaban perdidos con su caso. Una noche, su abuelo, ya muerto, se le apareció en un sueño. Le dijo que entraría en su cuerpo para continuar de esta manera su labor en esta tierra. Como era una cristiana devota no accedió a esta propuesta. Después, se le aparecieron en sueños otros chamanes, la reprendieron, y le invitaron a convertirse en uno de ellos. Estas visiones se hicieron cada vez más frecuentes, pasando ante su ojo interior como imágenes en una pantalla de cine.

Una noche acudieron a la cabecera de su cama varios san gomas famosos. Cantando una canción, le advirtieron seriamente que se sometiera y se fabricara para ella un ornamento de chamán para la cabeza. Pero ella todavía no entendía lo que estaba sucediendo y quería ser curada con ritos y ceremonias de la iglesia apostólica. Fue llevada a un río para ser cristianizada. La introdujeron en el agua, y en el momento en el que la iban a sumergir, fue levantada por los pies por una gigantesca serpiente -que era ¡su abuelo!. Su madre la llevó entonces a una tía que era Chamán. A continuación, acudieron otros chamanes y curanderos tocando los tambores y mientras la exhortaban a levantarse y a cantar. Entonces ella se puso a cantar horas y horas. Ese fue el principio de su formación, y desde entonces siguió las instrucciones de los espíritus.
Una negativa a seguir la llamada conduce a un sufrimiento innecesario. Por ejemplo, a la chamán sudamericana de la etnia de los guajiros, Graziela, los espíritus benefactores le pidieron que viajase con ellos al otro mundo. Pero ella dice:
A mí no me gusta viajar a lugares lejanos. Mis espíritus me invitan con frecuencia a ir al¡¡, pero yo prefiero no ir con ellos. A veces les digo: "no quiero ir con vosotros". Cada vez que declino una invitación de este tipo, me entra fiebre y me pongo muy enferma. Éste es mi castigo. Entonces tengo que mascar hojas de tabaco para ponerme buena de nuevo. Recibo muchas invitaciones.
Toda enfermedad es un intento de curación y toda curación es un intento de escapar de la neurosis cotidiana de la con ciencia ordinaria, para llegar a una más sutil y, en último término, a una forma de percepción sobrehumana. Las enfermedades que surgen como resultado de una llamada son con certeza las formas más elevadas de enfermedad: enfermedades sagradas que posibilitan, por su poder, que surjan visiones in temas místicas y metafísicas. Como ya hemos visto, esto su cede frecuentemente, con independencia de los sentimientos y de los deseos de la persona elegida, que, en la mayoría de los casos, no es consciente de que su cuerpo está atravesando una iniciación. Resistirse a dicho proceso de transformación es una reacción natural a lo inhabitual, a lo misterioso y a lo ilimitado. El iniciado lucha contra el dolor y el sufrimiento, así como contra las futuras funciones sociales que tendrá que cumplir como chamán, que frecuentemente le privarán de la posibilidad de llevar una vida diaria normal.
La resistencia al cambio psicofísico y una desintegración de la estructura normal de la existencia han formado siempre parte del proceso de cambio. Por esta razón, constituyen por lo menos un aspecto parcial de todos los ritos de transformación. El rechazo de lo nuevo y de lo desconocido es una res puesta humana normal. Es verdad que la existencia en si misma es cambio permanente, pero el cambio más fundamental es el salto de la percepción y de la experiencia tridimensional a la multidimensional. Alcanzar una forma translógica de conocimiento o reino de la sabiduría, la belleza celestial, y la esencia espiritual, es una de las metas existenciales más anti guas de la humanidad.
Por eso el tema central suscitado en este capítulo es: ¿Por qué tenemos que ponernos enfermos antes de poder aceptar una nueva visión interna? ¿Por qué con tanta frecuencia la entrada en un nivel más amplio de experiencia está marcada por la enfermedad o, podríamos decir, un proceso de limpieza? La purificación juega un papel prominente en la vida de las comunidades que viven cerca de la naturaleza. Mientras que nuestra cultura atribuye mucha importancia a la limpieza física, otras culturas conservan todavía el conocimiento de los métodos psíquicos y espirituales de purificación que pueden compararse muy bien con nuestras técnicas psicoterapéuticas. Nosotros vemos la vida como un proceso relativamente uniforme y continuo marcado por simples cambios perifericos, mientras que las llamadas culturas primitivas tienden a ver el desarrollo personal como una serie de saltos de una forma de existencia a otra. Esto se observa claramente en los ritos de paso celebrados no sólo durante el nacimiento, la pubertad y la muerte, sino especialmente en el salto adelante desde la existencia cotidiana a la dimensión espiritual, tal como lo viven los adeptos de todas las religiones -la mutación de lo humano a lo sobrehumano.
Las fases importantes de la vida de una persona están conectadas a periodos de purificación interna, de manera que el individuo, habiendo sido adecuadamente preparado y en un claro estado de mente, y sin ser distraído por los procesos y re cuerdos habituales, puede progresar hacia una existencia nueva y liberada. Esta purificación puede tomar diversas formas: puramente física, como los vómitos, la transpiración, el ayuno, el dolor, la fiebre y la limpieza de todo el cuerpo con agua, o la de un aislamiento intenso psíquico, durante el cual se borra el recuerdo de la constitución del propio ego; un agotamiento extremo que interrumpe el funcionamiento regular de la psique y del organismo; una enfermedad real que hace aflorar obstáculos e impurezas a la superficie y además las expulsa, produciendo con ello una sensibilidad acrecentada para el proceso del ser -una sensibilidad que permite en definitiva al chamán diagnosticar y curar las enfermedades de los demás.
Con frecuencia, el chamán entra tan a fondo en el estado del paciente, que sufre los síntomas y los dolores de la enfermedad, adquiriendo de esta manera un conocimiento especial sobre su origen. Existen diversos informes sobre chamanes que llegaron a hacer suya la enfermedad de sus pacientes para destruirla. En el curso de su dolorosa existencia, muchos cha manes han sufrido innumerables enfermedades y por ello están familiarizados con una amplia gama de reacciones físicas y psíquicas.
La medicina moderna occidental puede considerar superfluo, o incluso algo sombrío o extravagante, que un curandero se implique tanto en el proceso de una enfermedad. No obstante, es difícil dudar de la lógica de hacerlo. Se basa en la premisa de que alguien que ha experimentado y superado el dolor y el sufrimiento de una enfermedad será capaz de diagnosticarla y tratarla de manera eficaz. Por supuesto, la medicina occidental rechaza la imagen del curandero herido, del doctor enfermo que se ha curado a sí mismo. Pone demasiado énfasis en la manipulación puramente tecnológica del paciente y por ello se ha alienado cada vez más de la experiencia real del estado del paciente.
Si quisiéramos resumir el efecto de una larga enfermedad psicosomática de un chamán, tendríamos que decir que el criterio esencial reside en su talento para entrar en un intercambio intensificado con la realidad, trascendiendo así las fronteras entre los objetos y la gente. En la misma naturaleza del chamán se halla la capacidad de percibir el pulso del universo, en sí mismo y en los demás, y, actuando a su ritmo, la de poder influir en él y cambiarlo. Su enfoque se basa en la empatía y en la unidad con las fuerzas reales de la vida, y por ello es absolutamente incompatible con las dicotomías y las distinciones codificadas de una filosofía materialista.
Una enfermedad que es considerada como un proceso de purificación, como la irrupción de una sensibilidad psíquica acrecentada, que permite el acceso a los potenciales ocultos y más elevados de la existencia humana, está marcada en con secuencia por características muy diferentes que las que se atribuyen a los estados patológicos por la medicina y la psicología modernas, en especial la de que el sufrimiento tiene sólo consecuencias negativas. Según el punto de vista moderno, la enfermedad trastorna y pone en peligro la vida, mientras que el chamán vive su enfermedad como una llama da a destruir esta vida dentro de él, para oír, ver y vivir de una manera más plena y total en un estado superior de conciencia.
Los síntomas de la enfermedad chamánica son, en la mayoría de los casos, confusos, indefinibles y no siguen ninguna pauta conocida. Además, las reacciones físicas, psíquicas y sociales están estrechamente entrelazadas. Hay que señalar en especial formas de comportamiento que rechazan y ridiculizan las costumbres y las reglas generales comúnmente aceptadas. Los iniciados se convierten en locos sagrados que sistemáticamente ponen el mundo al revés o dan rienda suelta a comportamientos indignos, desvergonzados y díscolos, in compatibles con la moralidad establecida.
El loco desvela las limitaciones de los criterios humanos, nos enfrenta de nuevo con la naturaleza indefinida de nuestra existencia cósmica, nos conduce entre bastidores para hacer nos conscientes de la artificialidad de nuestros valores culturales, y nos muestra después un mundo sin límites, porque no esta dividido en categorías ni ordenado en opuestos artificiales. El bufón enfermo elimina los opuestos, echa abajo las barreras externas e internas, y nos hace caer totalmente de nuestro mundo cortado a medida, lleno de reglas y de límites, introduciéndonos en una dimensión holística más amplia, que no tiene principio ni fin.
Hemos visto que, con frecuencia, no sólo el chamán sino también toda su familia es visitada por el infortunio, como por ejemplo en el caso del kikuvu de las mujeres chamanes coreanas. También en Siberia, los parientes de un chamán son "sacrificados" en cuanto aparecen signos de enfermedad chamánica en un miembro del clan. Los efectos de la llamada al chamanismo abarcan una amplia gama, y para seguirla hay que hacer algunos sacrificios.
Los coreanos hablan de un "puente de la gente" (indari) que se produce cuando un miembro de la familia es escogido para ser chamán, y otro miembro muere como consecuencia. Se refieren a este proceso como "tender un puente a un ser humano" (indari nonnunda). Un dios ha "entrado en" el chamán y, a cambio, exige otra vida humana. Sin embargo, si el clan accede a someter al miembro destinado a convertirse en chamán al requisito de la ceremonia de iniciación, tan pronto como se manifiestan los primeros síntomas de obsesión de la enfermedad, el indari ya no es inevitable. Pero la mayoría de las familias no quieren tener un chamán dentro de su círculo, y así el fenómeno del indari ocurre con mucha frecuencia. Según la investigación llevada a cabo por Cho Houn-Youn, el indari sucede en siete u ocho de cada veinte casos de vocación chamánica.
Muchas veces encontramos una combinación de enferme dad y de experiencias de salida del cuerpo. El sufrimiento drena las ganas de vivir del organismo, con lo cual la conciencia se siente liberada del cuerpo y se despoja de él como de un envase sin vida. Los moribundos son llevados a lugares distantes y lejanos. "No existe un solo lugar cuya localización exacta no conozca", dice el chamán zulú James. Una y otra vez se nos repite: "Por la noche, durante mis sueños, me desplazo a todas partes". El curandero peruano Eduardo vuela "por el aire a través de un agujero", y Dorcas, la sangoma zulú, abandona su cuerpo por la noche para volar por el espacio.
Si la experiencia al borde de la muerte se hace muy profunda, la persona implicada establece contacto con entidades de gran sabiduría. Entra en un mundo que se le presenta simbólicamente de muchas maneras diferentes: como "una casa de vida", un "viejo sabio con barba blanca", o'un animal-espíritu que le transmite una nueva comprensión de la vida. 



A veces, los espíritus proporcionan a los humanos un cuerpo a su propia imagen, como informan los nativos de las islas Mentawai, o el dador-de-vida -como en el caso de Lebi'd vomita un cristal dentro del adepto, llenándole de fuerza sobrenatural.
Sus viajes al Más Allá llevan con frecuencia al chamán a lo que él llama "el borde del mundo", y que nosotros podemos interpretar como los límites de la existencia humana. Equipado con cualidades que normalmente sólo se encuentran en espíritus o en animales-espíritus, y sacralizado por su contacto con seres de sabiduría y dadores-de-vida, el chamán posee realmente "ojos que ven y oídos que oyen". Ahora tiene un "alma desdoblada y un corazón desdoblado", o se siente como una "casa de sueños". El sentido sagrado del mundo le ha proporcionado poder y le ha escogido en consecuencia, a veces en contra de su propia voluntad, para actuar conforme a su conocimiento ampliado de ser, y para introducir este conocimiento en nuestro mundo humano. Ha sido captado por los espíritus y debe servir al mundo espiritual.


LA KUNDALINI
DESDE EL PUNTO DE VISTA
CLÁSICO Y CLÍNICO


por Lee Sannella


(La Kundalini) crea el universo a partir de Su propio ser, y es Ella Misma la que se convierte en este universo. Se vuelve to dos los elementos del universo y entra en todas las formas que vemos a nuestro alrededor. Se convierte en el sol, la luna y las estrellas, y se enciende para iluminar el cosmos que Ella crea. Se convierte en el prana, para mantener a todas las criaturas vivas, incluidos los seres humanos y los pájaros; es Ella la que se convierte en agua para aliviar nuestra sed. Para satisfacer nuestra hambre se hace alimento. Todo lo que vernos y lo que no vemos, todo lo que existe desde la tierra al cielo no es... sino Kundalini. Es esa energía suprema que mueve y anima a todas las criaturas, desde el elefante hasta la hormiga. Entra en todas y cada una de las criaturas y cosas que Ella crea, aunque nunca pierde Su identidad ni Su pureza inmaculada.

Clases de emergencia espiritual

El Pandit Gopi Krishna, de Cachemira, puso a disposición del público occidental la información sobre la Kundalini, de una manera general y popular. Sin embargo, el mérito de ha ber atraído la atención de los círculos médicos sobre el pro ceso del despertar de la Kundalini, y de haber demostrado su relevancia práctica desde el punto de vista clínico, pertenece al investigador californiano Lee Sannella, doctor en medicina. Éste ha recopilado abundantes pruebas de que muchos pacientes americanos manifiestan el síndrome que corresponde a las descripciones del despertar de la Kundalini y de que se trata de un proceso fisiológico preciso.
Los libros de Gopi Krishna (Kundalini: el yoga de la energía, Kairós, 1989), procedentes de un no científico y que re presentan en esencia un punto de vista oriental, sólo causaron impresión en los investigadores con una mentalidad más abierta, que sometieron sus ideas a una sólida verificación científica. El trabajo de Sannella ha jugado un papel muy importante en demostrar, tanto al público no profesional como a los círculos científicos, que el fenómeno de la Kundalini ha penetrado sin duda alguna en nuestra cultura y que merece
una seria atención.
Sannella es psiquiatra y oftalmólogo especializado en el área de la medicina holística. También posee un extenso conocimiento práctico y teórico de varios sistemas espirituales. Se licenció en la Universidad de Yale, en donde desde sus primeros años como estudiante se implicó en la investigación científica, cuyos resultados fueron publicados en el Yale Journal of Biology and Medicine. Fue profesor titular tanto de psiquiatría como de oftalmología y dirigió investigaciones científicas en estas dos áreas. Durante dos años fue miembro asociado del Tribunal americano para la obtención del título de oftalmología. Durante su actividad en la práctica médica, Sannella ocupó muchos puestos docentes, y desde su jubila ción continúa ejerciendo la práctica clínica. En la actuali dad sigue la práctica espiritual basada en las enseñanzas del maestro Da Free John.
A lo largo de muchos años, Sannella dirigió investigaciones clínicas sobre la curación de diversos aspectos de los estados no ordinarios de conciencia, y sobre las energías del cuerpo. Su libro pionero, The Kundalini Experience: Psychosis or Transcendence, sugiere que una amplia variedad de trastornos emocionales y fisicos, considerados por la ciencia tradicional como problemas médicos y diagnosticados como enfermedades mentales, o incluso somáticas, son en realidad manifestaciones de una transformación psicológica y espiritual que poseen todas las características del despertar de la Kundalini.
Sannella también ha demostrado que fenómenos similares han sido conocidos en muchas otras culturas, desde las sofisticadas culturas de Oriente hasta las tribus nativas americanas y los aborígenes Kung del desierto de Kalahari. La Clínica Kundalini, que él fundó, tiene cono objetivo ofrecer consejo y guía a los clientes inaplicados en este proceso. Puesto que el despertar de la Kundalini se está convirtiendo en una de las formas de emergencia espiritual que se encuentra con más frecuencia, el trabajo de Sannella constituye una contribución importante a nuestra comprensión de las crisis de transformación.

Cualquier tradición espiritual interesada por el proceso del renacimiento posee su propio modelo. La mayoría de éstos consisten en descripciones que acentúan el lado subjetivo de la experiencia, tratando sus signos objetivos como algo incidental o ignorándolos. Así, este tipo de informes, por válidos que puedan ser en sí mismos, no sirven para efectuar comparaciones objetivas entre las diferentes tradiciones. Cuando llegan a las interpretaciones fisiológicas, la mayoría de estos modelos tienen muy poca relevancia.


Una excepción es el modelo de Kundalini del yoga, que la considera como una "energía" normalmente "dormida" en la base de la columna vertebral. Cuando esta energía se "despierta", asciende lentamente a lo largo de la espina dorsal hasta lo alto de la cabeza. Esto puede marcar el principio de un proceso de iluminación.

En su ascenso, la Kundalini hace que el sistema nervioso central elimine las tensiones. Los puntos de tensión normal mente producen dolor durante la meditación. Cuando la Kundalini se encuentra con estos puntos o bloqueos, comienza a actuar "por propia voluntad", iniciando un proceso auto dirigido y autolimitado de extensión por todo el sistema psicosomático, para disolver esos bloqueos.
Una vez eliminado un bloqueo, la Kundalini fluye libre mente por ese punto y continúa su ascenso hasta que encuentra la siguiente zona de tensión. Además, la energía Kundalini se propaga en su movimiento, para operar a varios niveles a la vez y disolver diferentes bloqueos. Cuando ha completado su recorrido, toda la energía se concentra de nuevo en lo alto de la cabeza.
La diferencia entre este estado final y el estado inicial no consiste solamente en que la Kundalini esté concentrada en un sitio diferente, sino en que mientras tanto, al pasar por cada parte del organismo, ha eliminado los bloqueos y en su lugar ha despertado la conciencia. Así pues, todo el proceso de la acción de la Kundalini puede ser visto como una purificación o un restablecimiento del equilibrio.
Lo mismo que una corriente eléctrica produce luz cuando pasa por un filamento de tungsteno, pero no cuando pasa por un hilo grueso de cobre, porque el filamento ofrece una resistencia suficiente y el hilo no, así la Kundalini causa más sensación cuando penetra en una zona de la mente o del cuerpo que está "bloqueada". Pero el "calor" originado por esta "fricción" de la Kundalini en esta "resistencia" "quema" el bloqueo, desapareciendo la sensación.


Igualmente, lo mismo que cuando una fuerte corriente da agua dentro de una manguera gruesa de caucho hace que ésta serpentee violentamente, y cuando pasa a través de una manguera de incendios apenas se nota, así el flujo de la Kundalini, cuando atraviesa "canales" obstruidos dentro del cuerpo o de la mente, produce movimientos en esas zonas hasta que las obstrucciones son "limpiadas" y los canales "ensanchados". (Los términos "canal", "ensanchar", "bloqueos"... deben interpretarse en sentido metafórico. No tienen por qué referirse a estructuras, dimensiones y procesos físicos reales, sino que son analogías útiles para comprender este modelo de acción de la Kundalini. El proceso real es sin duda mucho más sutil y complejo).

Los movimientos espontáneos, las sensaciones corporales de cambio, y otros fenómenos descritos en nuestra investigación intercultural y en nuestros propios casos, pueden interpretarse fácilmente como manifestaciones de la acción de la Kundalini. Además, Itzhak Bentov ha propuesto reciente mente un modelo fisiológico de Kundalini que acredita gran parte de lo que hemos observado y descrito. Su estudio es valorado más adelante con respecto a nuestros propios resulta dos. Adoptaremos su modelo de Kundalini como base de nuestra exposición, por su orientación objetiva, su aplicabilidad universal, y su posibilidad de ser interpretado en términos fisiológicos.
Sin embargo, existen diferencias entre nuestras observaciones y el concepto clásico de Kundalini. Lo más sobresaliente que hemos observado, y que varias tradiciones describen, es que la energía o sensación asciende por los pies y las piernas, el cuerpo, la espalda y la columna hasta la cabeza, pero después desciende por la cara y a través del cuello, para terminar en el abdomen. Esto concuerda totalmente con las predicciones del modelo de Bentov, pero tiene algunas variantes respecto a las descripciones de Muktananda, Gopi Krishna y las escrituras clásicas yóguicas.

En consecuencia, proponemos el término fisio-Kundalini para referirnos a aquellos aspectos del despertar de la Kundalini, tanto fisiológicos como psicológicos, que podrían ser tomados como mecanismos puramente fisiológicos. Nos referiremos al proceso, al ciclo, al mecanismo y al cuadro de la fisio-Kundalini. El modelo de Bentov describe dichos cambios fisiológicos que no requieren fuerzas supranormales.

La lenta progresión ascendente de la "sensación de energía" a través el cuerpo, y descendente a través de la garganta, acompañada por diversos movimientos, sensaciones, y tras tornos físicos, que finalizan cuando este estímulo que se des plaza culmina en el abdomen, es tan característica que la llamaremos el ciclo de la fisio-Kundalini.
Cuando la energía encuentra una resistencia, la supera y purifica el sistema de ese bloqueo, diremos que la zona de ese bloqueo ha sido "abierta". La "apertura de la garganta" es un ejemplo típico. Esto nos proporciona una terminología vinculada con el concepto de Kundalini, que se ajusta a nuestras observaciones y que es susceptible de ser interpretada desde el punto de vista fisiológico. Al mismo tiempo, preserva to talmente la integridad del significado clásico de Kundalini, sin obligarnos a creer que este concepto mítico corresponde a algo objetivamente real.
Así pues, tenemos ya dos modelos de Kundalini: la descripción clásica yóguica y el modelo fisiológico de Bentov, más nuestras propias observaciones clínicas. Hemos denominado fisio-Kundalini a los aspectos del proceso que podrían tener una base puramente fisiológica, sea la que propone Bentov o cualquier otra. La mayor parte de nuestras observaciones clínicas entran en esta categoría y hemos examinado hasta qué punto corresponden al modelo de Bentov. Pero el proceso de la fisio-Kundalini, tal como lo hemos observado, difiere de la clásica descripción yóguica en algunos aspectos importantes.


Una de las diferencias más notables es el recorrido que si gue la "energía" Kundalini o la sensación corporal cuando se desplaza. Según las descripciones clásicas, la energía se "despierta" en la base de columna, asciende verticalmente a través de la espina dorsal, y completa su recorrido cuando alcanza la parte superior de la cabeza. Sin embargo, se dice que a lo largo de éste encuentra varios "chakras" o centros de energía psíquica, a través de los que debe pasar la Kundalini para alcanzar su nieta. Estos chakras contienen `"impurezas" que la Kundalini debe disolver antes de poder continuar su ascenso.

Por otra parte, según el cuadro clínico normal, la sensación de energía sube por las piernas y la espalda hasta lo alto de la cabeza, y después baja por la cara y la garganta, hasta terminar en el abdomen. ¿Cuál es la relación entre estas dos descripciones?
Debemos tener en cuanta que las descripciones yóguicas, además de ser dogmáticas, son con frecuencia muy sutiles. Los científicos occidentales dicen que la localización actual de la percepción sensorial no se halla en el córtex sensitivo, aunque se sienta la sensación en la periferia. Tal vez los yoguis quisieron decir igualmente que las sensaciones, los bloqueos y las aperturas (como la apertura de la garganta) que se sienten en varias partes del cuerpo, están representados de algún modo sutil por los chakras de la columna.
Otra posibilidad diferente viene sugerida por la experiencia de uno de los estudiantes de Muktananda (descrita en una conversación personal), que asegura sentir la energía esparciéndose por todo el cuerpo, pero particularmente descendiendo desde la frente por la cara y el cuello, y después por el pecho y el abdomen, a continuación por la base de la columna y, sólo después, subiendo por dentro de ésta. Afirma que la sensación de la espina dorsal es más sutil y difícil de percibir que la de las zonas periféricas -quizá porque la mayor parte de la energía no ha entrado en ella.

El factor tiempo también es diferente en los cuadros clínicos y en las descripciones clásicas. Todos los elementos característicos del cuadro de la fisio-Kundalini están incluidos en la descripción clásica. Pero hemos encontrado personas totalmente "corrientes" que han completado el ciclo de la Kundalini en cuestión de meses, mientras que las escrituras yóguicas determinan un mínimo de tres años para la culminación del despertar total de la Kundalini en el caso de los iniciados más avanzados. En este punto sugerimos que el despertar total de la Kundalini abarca un cuadro más amplio, del cual el proceso de la fisio-Kundalini es sólo una parte.

Es demasiado pronto para determinar con exactitud cuáles son las relaciones entre las dos; pero tal vez pueda afirmarse que el mecanismo de la fisio-Kundalini es un fenómeno con entidad propia que puede ser activado como parte de un despertar total de la Kundalini. Gran parte del problema estriba en la dificultad de poder comparar diferentes fases, ya que se superponen muchos procesos al mismo tiempo. Las diferencias individuales complican además el panorama. Pero sería posible clarificar las cosas recordando la definición teórica de la acción de la Kundalini como un proceso de purificación o de armonización.
Si las "impurezas" o desequilibrios tienen una realidad objetiva, sería posible demostrarlas con exámenes fisiológicos y psicológicos, y relacionar su eliminación con signos y síntomas observados clínicamente. Puesto que ya sabemos que el proceso puede ser desencadenado y también cómo reconocer sus fases iniciales, el próximo paso lógico de estas investigaciones consiste en estudiar casos a largo plazo, que cubran todo el proceso de su desarrollo. Éstos serían invalorables para documentar objetiva y concretamente de qué modo es beneficioso el proceso de la Kundalini.


Consideraciones para un diagnóstico


Los resultados de nuestras observaciones muestran una clara distinción entre el cuadro de la fisio-Kundalini y la psicosis, y proporcionan suficientes criterios para diferenciar es tos dos estados. En algunos de nuestros casos hemos visto que puede producirse un estado parecido a la esquizofrenia cuando la persona que atraviesa la experiencia de la Kundalini recibe un reflejo negativo, ya sea a causa de la presión social o de las resistencias de su propio condicionamiento previo.

La evidencia de que estos estados son diferentes proviene de dos de las personas que tratamos, que se volvieron "psicóticas" después de haber sido encerradas en una institución mental por conducta inapropiada. Las dos afirmaron que, durante su estancia en sus respectivas instituciones, estaban se guras (y también otros pacientes) de poder decir quiénes de éstos estaban "locos" y quiénes, simplemente, estaban "ausentes y conectados".
Con toda probabilidad, ésta es una de esas situaciones en las que "uno sabe quién es cada cual", ya que la persona cuya propia Kundalini ha despertado puede sentir intuitivamente el "estado de la Kundalini" de las demás. Esto es de especial interés, en cuanto que puede sugerir la utilidad de estas per sonas para ayudar a decidir hacia dónde se inclina la balanza entre los dos procesos en cada paciente concreto.
Los médicos clínicos normalmente tienen un sentido muy afinado para determinar los síntomas psicóticos. Fundamentalmente es este sentido del olfato de la psicosis el que nos dice si el paciente está desequilibrado desde este punto de vista o si, por el contrario, está inundado por fuerzas psíquicas positivas. También existe la intuición de si la persona es peligrosa para sí misma o para los demás. Según nuestra experiencia, las personas que atraviesan las primeras fases del despertar de la Kundalini cuando manifiestan hostilidad o enfado es raro que se inclinen a pasar a los actos.


También sucede que las personas en las que predominan los elementos de la Kundalini suelen ser más objetivas con ellas mismas, y están interesadas en compartir lo que les pasa. Los psicóticos tienden a ser más esquivos y reservados, y a estar totalmente preocupados con obsesiones sobre algunos aspectos subjetivos, vagos aunque "significativos", de su experiencia que casi nunca pueden comunicar a los demás.

Junto con el modelo de Bentov y nuestros propios resultados, tenemos algunos rasgos característicos más. Las sensaciones de calor son normales en estos "elevados" estados, pero muy raras en las psicosis. También son muy típicos los sentimientos o "vibraciones" de hormigueo, palpitaciones y picazones, que se desplazan a través del cuerpo con pautas definidas. normalmente en el orden descrito anteriormente. Pero estas pautas pueden ser irregulares en casos atípicos, en aquellas personas que tienen ideas preconcebida de cómo "deben" circular las energías.
Junto con todo ello, puede que se vean internamente luces brillantes. Tal vez se produzcan dolores, especialmente de cabeza, que surgen o desaparecen repentinamente durante las fases criticas del proceso. Son comunes las pautas anormales de respiración, al igual que otros movimientos espontáneos del cuerpo. Se oyen sonidos, como gorjeos y silbidos, pero casi nunca se oyen voces de la misma manera negativa que en las psicosis. Cuando se oyen voces, se perciben como procedentes de dentro y no se confunden con realidades externas


Recomendaciones y debate


Los resultados de nuestras observaciones avalan el punto de vista de que esta fuerza es positiva y creativa. Todos nuestros pacientes se encuentran bien dentro de sus peculiaridades respectivas. Todos afirman que pueden afrontar el estrés más fácilmente y se encuentran más satisfechos que nunca en sus relaciones con los demás. Los casos clásicos muestran que, como consecuencia de la culminación del proceso completo de la Kundalini, pueden manifestarse poderes especiales y también una profunda paz interior. Pero en las fases iniciales, la misma tensión de la experiencia, unida a una actitud negativa de la persona implicada o de los demás, puede ser abrumadora y producir un desequilibrio grave.

La experiencia aconseja tratar estos casos con comprensión, fortaleza y un apoyo acogedor. Los trances espontáneos que perturbaban a un paciente cesaron cuando se le animó a entrar voluntariamente en estado de trance. Al reconocer la diferencia entre "psicótico" y "físicamente activo", le habíamos comunicado la actitud positiva de que los trances son válidos y tienen sentido. Al aceptar nosotros sus estados de trance, él también los pudo aceptar.
Los trances dejaron de "controlarle" en cuanto abandonó su propia resistencia a los mismos y las fuerzas que los respaldaban. En otro caso parecido, una paciente sufría fuertes dolores de cabeza, pero desaparecieron en cuanto dejó de in tentar controlar el proceso y simplemente "se abandonó a éste". En otras palabras, el dolor no resultaba del proceso mismo, sino de su resistencia a él. Tenemos la sospecha de que ocurre lo mismo en todos los casos de efectos negativos del proceso de la fisio-Kundalini.
Cuando los síntomas son originados por este proceso, desaparecen espontáneamente con el tiempo. Como se trata esencialmente de un proceso de "purificación" o de restablecimiento del equilibrio, y, como cada persona sólo tiene un cantidad limitada de la clase de "impurezas" que la Kundalini elimina, el proceso tiene sus propios límites. En consecuencia, los trastornos observados no son patológicos, sino más bien terapéuticos, ya que constituyen una eliminación de elementos potencialmente patológicos. La fuerza de la Kundalini surge de manera espontánea desde las profundidades de la mente y, aparentemente, tiene sus propias reglas. Así pues, la tensión y el desequilibrio no son consecuencia del proceso en sí mismo, sino de la interferencia consciente o inconsciente en el mismo. Ayudar a la persona a comprender y a aceptar lo que le está ocurriendo tal vez sea lo mejor que podamos hacer.
Normalmente, si se deja al proceso desarrollarse por sí mismo, encuentra su camino natural y su propio equilibrio. Pero si ya se ha hecho demasiado rápido y violento, nuestra experiencia se nos dice que, para moderar su curso, puede ser recomendable tomar medidas más drásticas, como una dieta, la supresión de las meditaciones y una fuerte actividad física.

Las personas en las que se activa más fácilmente el proceso de la fisio-Kundalini, y en las que puede adoptar una forma más violenta y perturbadora, son aquéllas que poseen sistemas nerviosos especialmente sensibles -las personas por naturaleza "psíquicas". Muchos de nuestros pacientes habían tenido experiencias psíquicas antes de que se desencadenara el proceso. Las personas "psíquicas" por naturaleza suelen vivir con tal intensidad la experiencia de la fisio-Kundalini que no emprenden un método clásico de meditación, como se acostumbra cuando termina este proceso; en su lugar, se abstienen de meditar o adoptan un método de invención propia. Pero gran parte de su ansiedad puede deberse a la incomprensión y a la ignorancia respecto al proceso de la fisio-Kundalini. En lugar de aumentar este miedo, debemos proporcionarles el conocimiento y la confianza que permitan al proceso continuar a su máximo ritmo natural y confortable.
Se podría avanzar bastante cambiando las actitudes, en primer lugar de las personas que experimentan la Kundalini y, en última instancia, de toda la sociedad. Esto beneficiaría no sólo a la persona implicada, sino también a todos nosotros, que necesitamos modelos en nuestra propia búsqueda espiritual. Algunas otras culturas están más avanzadas que la nuestra en su reconocimiento del valor positivo de las personas avanzadas espiritual o psíquicamente. En Bali, el estado de trance cumple una importante función de adaptación para los niños.

En algunas partes de África, el trance constituye una necesi dad social y religiosa exigida para el despertar de la Kundalini.

En Sudáfrica, un estado que la psiquiatría occidental calificaría probablemente como de esquizofrenia aguda es un requisito previo para la iniciación al sacerdocio en una de las tribus kalahari.
Tenemos que mencionar aquí el gran número de personas creativas que están ahora sufriendo a causa de los errores que nosotros [dentro de la profesión psiquiátrica] hemos cometido en el pasado. Tenemos la obligación especial de hacer todos los esfuerzos que estén a nuestro alcance para corregir aquellos errores. Podría suceder que hoy día, en nuestra so ciedad, pudieran encontrarse bajo custodia médica personas carismáticas y de comportamiento extraño, como algunos cha manes, algunos médiums y un cierto tipo de místicos (los "borrachos de Dios").
Probablemente haya muchos actualmente en esta situación que podrían liberarse y a los que se podría encontrar una mayor utilidad para todo el mundo. El problema consiste en re conocerlos entre los demás pacientes recluidos en nuestras instituciones. En este punto, el trabajo de Meher Baba con los "masts" constituiría un valioso precedente a estudiar. Si es cierto que, hasta cierto punto, "para conocer a alguien, hay que haber estado dentro de sus zapatos", las personas que ya han experimentado un proceso de fisio-Kudalini serían especialmente valiosas y útiles ayudándonos en este proyecto.
Existen muchas personas que atraviesan este proceso y que, en ocasiones, se sienten casi locas. Cuando se comportan convenientemente y guardan silencio pueden evitar ser llamadas esquizofrénicas o ser hospitalizadas y tratadas con calmantes. Sin embargo, su aislamiento y su sensación de sepa ración de los demás pueden causarles mucho sufrimiento. Debemos llegar hasta estas personas, sus familiares y la sociedad, aportando información para ayudarles a reconocer el estado que atraviesan como una bendición en lugar de una maldición.
Lo cierto es que ya no debemos someter a las personas que tal vez se encuentren en medio de un proceso de renacimiento a medicamentos o terapias de choque, que constituyen enfoques completamente opuestos al autodesarrollo creativo.
Estas personas, aunque se encuentren confusas, atemorizadas y desorientadas, están ya en una terapia interna, muy superior a cualquiera de las terapias que conocemos hasta ahora y que son aplicadas desde fuera.

LA EXPERIENCIA DE ENCUENTROS CON OVNIS


COMO CRISIS DE TRANSFORMACIÓN



por Keith Thompson



No me tocaron, pero tendían sus manos hacia mí como para ayudarmne. Parece que hay una plataforma delante... y rae subo en la plataforma. La luz está encima. Y es muy, muy brillante, con rayos saliendo de ella. ¡Parece que me está elevando!... La luz se hace cada vez más brillante... Soy absorbida por la luz... una luz blanca y brillante. Estoy de pie allí dentro. No hace daño. No quema. Es sólo luz blanca, alrededor y dentro de mí..


BETTY ANDREASON

describiendo su encuentro
con ocupantes de un ovni, en 1967
The Andreasson Affair

Aunque la existencia de vida inteligente fuera de nuestro planeta sigue siendo una cuestión abierta, son muy comunes las experiencias vívidas y convincentes de comunicación y encuentros con seres extraterrestres. Éstas forman parte de los fenómenos más fascinantes e interesantes del terreno transpersonal. Cada vez es más evidente que merecen ser estudiadas, tanto si reflejan la realidad objetiva como si no.


Las experiencias relacionadas con encuentros con inteligencias extraterrestres tienen muchos rasgos en común con las experiencias místicas y pueden conducir a una confusión y a crisis psicoespirituales parecidas. La línea de investigación más interesante y prometedora sobre los ovnis se ha desplazado desde el acalorado debate sobre si la Tierra ha sido realmente visitada por seres de otros mundos, hacia el estudio de la experiencia con ovnis, como un fenómeno fascinante en sí mismo.
Keith Thompson es un estudioso apasionado de las características psicológicas de estas experiencias. licenciado en literatura inglesa por la Universidad del Estado de Ohio, es un escritor enormemente sensible y perceptivo dedicado a ex plorar las nuevas corrientes de la filosofía, la psicología, la psicoterapia, la ciencia y la espiritualidad contemporáneas. Sus artículos se publican con regularidad en Common Boundary (revista de la que también es editor adjunto),
Esquire, New Age, Utne Reader, Yoga Journal, y en el San Francisco Chronicle. También escribe una crónica semanal en el Oakland Tribune, sobre temas que reflejan "el alma de la ciencia moderna y la ciencia naciente del alma ".
Residente en Mill Valley, California, Thompson ha seguido con gran interés los avances de la psicología transpersonal, disciplina que nació en el área de la Bahía de San Francisco. Se ha interesado particularmente por la relación cada vez más amplia entre ésta y los avances revolucionaríos de la ciencia. Su estrecho vínculo con el Instituto Esalen, de Big Sur, en California, le posibilitó familiarizarse con una gran variedad de técnicas psicoterapéuticas.
Tras haber completado una formación superior en las terapias de hipnosis y Gestalt, Thompson ha utilizado estos dos métodos para estudiar el significado más profundo de los estados no ordinarios de conciencia, tema que ha sido una de sus pasiones durante muchos años. Las experiencias de encuentros con ovnis y de contactos con inteligencias extraterrestres constituyen para él un desafío y un enigma. Thompson está escribiendo actualmente un libro, Aliens, Angels, and Archetypes, en el que investiga la dimensión mítica del fenómeno ovni.
Aunque la contribución de Thompson se refiere a los problemas específicos de aquellas personas que han tenido experiencias relacionadas con ovnis, los tenlas que desarrolla en relación con estos episodios como formas de iniciación se dirigen a todas aquellas personas que se han visto afectadas por crisis espirituales.


De todas las cuestiones que se preguntan las personas que han tenido un contacto próximo y personal con ovnis, la más común y tal vez la más compleja sea: "¿por qué yo?". Esta pregunta se encuentra constantemente a lo largo del relato bestseller de Withley Streiber sobre su experiencia de secuestro, Communion (1987), y de la crónica de fenómenos de secuestros por ovnis de Bud Hopkin, Intruders (1987).

Quiero centrarme precisamente sobre este sentimiento de ser seleccionado, por razones que se ignoran, a llevar a cabo algún objetivo o misión desconocida. A través de muchas conversaciones con personas que han escogido -yo diría que muy valientemente- asumir su experiencia, he descubierto que la cuestión que se plantea normalmente es: "¿He sido in ducido o iniciado? Y, en este caso, ¿qué o quién ha podido ser?" Posteriormente he estado investigando datos antropológicos para tener una mejor comprensión de las fases, estructuras y dinámica de las ceremonias de iniciación, y verificar si tiene sentido hablar de paralelismos entre las iniciaciones a escala humana y las experiencias de seres humanos con lo Otro desconocido llamado ovni.
En este artículo, lo que me interesa es el informe de las personas sobre su experiencia y no lo que es objetivamente verdad en última instancia. Esto corresponde a otro debate, que me llevaría en otra dirección.
Mi enfoque es fenomenológico: tomo como datos principales los que proporciona la persona receptora del fenómeno ovni tal corto lo ha vivido. Dejaré para otros investigadores sacar las conclusiones acerca de la naturaleza de la realidad subyacente que origina "meras apariencias". Este debate siempre está lleno de presunciones sobre lo que puede ser real y lo que no, mientras que en mi enfoque pongo estas presunciones entre paréntesis. Esto permite adentrarse en las experiencias con ovnis y en otros fenómenos extraordinarios, libres de desviaciones metafísicas y creencias excluyentes acerca de qué datos son o no importantes.
La intensidad de la crisis existencial o transpersonal que puede desencadenar una experiencia ovni no parece depender de la creencia del protagonista sobre si ha tenido una interacción con un objeto volante no identificado, o si más bien ha tenido una fuerte experiencia "psíquica", "imaginaria", "arquetípica", "al borde de la muerte", "de salida del cuerpo" o "chamánica". La autenticidad vivencial de la experiencia ovni parece depender en gran medida del grado en que el sujeto experimenta la interacción con seres, presencias u objetos de otro mundo, como significativamente sustanciales y fundamentalmente reales, incluso como "más reales que la misma realidad". Si se dan estas condiciones, la profundidad de la crisis transpersonal relacionada con los ovnis no parece depender de la creencia de la persona implicada sobre si los "seres ovni" son habitantes del "espacio exterior", de "universos paralelos", del "inconsciente colectivo", del "cielo", del "infierno" u otros lugares numinosos. Son los patrones de estos relatos lo que tomo como punto de partida para explorar la naturaleza iniciática de las experiencias ovni.
El profesor Arnold Van Gennep ha definido los ritos de paso como "ritos que acompañan a cada cambio de lugar, estado, posición social y edad". Nuestro itinerario desde el útero hasta la tumba está marcado por cierto número de tránsitos críticos señalados por rituales apropiados, que tienen como finalidad poner en evidencia la trascendencia del individuo y del grupo ante todos los miembros de la comunidad. Estos tránsitos ritualizados incluyen el nacimiento, la pubertad, el matrimonio y la confirmación religiosa, incluida la introducción en las diferentes escuelas esotéricas. A esta lista, añado una nueva. categoría de experiencias: el encuentro ser huma no/ovni -y su interacción-, que tiene muchos parecidos es tructurales y funcionales con otros procesos iniciáticos.
Observando lo que considero la paradoja central de la interacción entre el ser humano y el alienígena -concretamente la continua irrresolubilidad del fenómeno ovni mediante modelos y medios convencionales, junto con la constante manifestación de formas cada vez más extrañas del mismo-, es difícil evitar la impresión de que la verdadera tensión de esta paradoja ha tenido un impacto iniciático. Aunque el debate entre los verdaderos creyentes en ambos extremos de la cuestión ovni sigue su curso con una banalidad predecible, nuestro sis tema personal y colectivo de creencias ha ido cambiando de una manera imperceptible y, al mismo tiempo, trascendental.
Sin que nos hayamos dado cuenta, la estructura mitológica humana ha sufrido un cambio fundamental. Las encuestas de opinión pública y otras dedicadas a tomar el pulso colectivo revelan que, actualmente, más personas que nunca dan por supuesto que no estamos solos en el universo. La misma falta de disponibilidad del fenómeno ovni para desaparecer o pra dejarse escudriñar nos ha estado condicionando -o si se prefiere, iniciando- para alimentar posibilidades extraordina rias sobre quiénes somos en lo más profundo, y cuáles pueden ser las reglas del juego de lo que llamamos realidad.
Van Gennep mostró que todos los ritos de transición están marcados por tres fases: separación, marginalidad, y agrega ción o consumación. La primera fase, la separación, implica el desprendimiento del individuo y de los grupos de una posi ción anterior social establecida o de una serie de condiciones culturales, un abandono o salida de un estado previo. Por ejemplo, el joven que entra en una ceremonia de iniciación masculina en una cultura tradicional es forzado a dejar su au toidentificación como "muchacho" a la puerta del recinto ¡ni ciático.
La fase dos, la marginalidad, implica entrar en un estado de vida en los márgenes, entre lo uno y lo otro, ni completa mente aqui ni allí. La marginalidad (llamada también "preli minaridad", del latín limen, que significa umbral) se caracte riza por un profundo sentido de ambigüedad sobre quién se es en realidad. El joven ya no es un muchacho, pero todavía no se ha convertido en un hombre mediante el ritual especial mente creado para este fin.
Después, la agregación es el momento de volver a reunir las dos partes, pero de una manera nueva, yendo de los már genes a un nuevo estado de ser. Esta es la consumación o cul minación del proceso. El iniciado ha ganado el derecho a ser llamado hombre y a considerarse a sí mismo como tal.
Joseph Campbell, probablemente el cartógrafo de los rei nos mitológicos más creativo e intuitivo del mundo, ha escri to extensamente sobre muchas de las formas que puede tomar la fase de separación. En su obra clásica sobre el mito uni versal del viaje del héroe, El héroe de las mil caras, Campbell escribe: "Un héroe se aventura, a partir del mundo cotidiano, en la región del milagro sobrenatural". ¡Qué descripción mag níficamente resumida de los primeros momentos del encuen tro con un ovni!, aunque, por supuesto, las experiencias ovni no se mencionan en su libro. Con más detalle habla de estaprimera fase del viaje, como la Llamada de la Aventura, que significa queel destino ha emplazado al héroe y ha trasladado su centro de gravedad espiritual desde el interior de los límites de su sociedad al territorio de lo desconocido. Esta fatídica región llena de te soros y de peligros puede ser representada de muchas maneras: como una tierra lejana, un bosque, un reino subterráneo, debajo de las olas, o arriba en el cielo, una isla secreta, la cumbre gran diosa de una montaña, o un estado profundo de sueño; pero siempre es un lugar de seres extrañamente fluidos y polimorfos, tormentos inimaginables, tareas sobrehumanas y deleites imposibles. El héroe puede continuar por propia voluntad para realizar la aventura, como hizo Teseo cuando llegó a la ciudad de su familia, Atenas, y oyó la horrible historia del Minotauro; o puede ser llevado o enviado lejos por algún agente benévolo o malévolo, como le pasó a Odiseo, arrastrado en el Mediterráneo por los vientos del enfurecido dios Poseidón. La aventura puede comenzar por un simple error, como le pasó a la princesa del cuento "El príncipe rana"; o también se puede estar simplemente paseando, cuando un fenómeno que aparece capta el ojo errante y le aparta a uno de los senderos corrientes del ser humano. Los ejemplos se pueden multiplicar hasta el infinito, procedentes de todos los rincones del mundo.


Me he tomado la libertad de citar este fragmento en toda su extensión porque yo mismo estoy fascinado por los muchos paralelismos que se dan entre la llamada del héroe a la aventura -en los relatos mitológicos- y los numerosos ejemplos -procedentes del saber popular sobre los ovnis- de individuos que son convocados "desde el interior de los límites de 
su sociedad al territorio de lo desconocido". Muchos contactados se abren con curiosidad, e incluso con entusiasmo, al encuentro con alienigenas y ovnis; los secuestrados son llevados a otros lugares en contra de su voluntad. Yo he encontrado a muchas personas que han estado "en contacto" con seres procedentes de ovnis, que consideran que todo ha sido una especie de gran error, o que simplemente viven después su vida ocupándose sólo de sus propios asuntos.
En cualquier caso, el héroe (el contactado o el secuestra do, que son términos intercambiables para el objeto de nues tro estudio) es separado o apartado de la colectividad, de la corriente general, de una manera brusca y que cambia su vida. Esto nos lleva a la respuesta bastante frecuente a la Llamada de la Aventura: el rechazo de la llamada. Por el he cho de que la separación de la colectividad es la mayoría de las veces intimidante, el héroe suele decir sencillamente: "Por todos los demonios, no iré" o, más exactamente: "Yo no estuve allí".
Refiriéndose a la experiencia ovni, el contactado o se cuestrado concluye (a menudo para preservar su propia cor dura) diciéndose: "No pudo ser real... Eso no me sucedió a mí... Sólo fue un sueño... Si guardo el recuerdo para mi solo, quizá se borre...". Campbell escribe que rechazar la llamada representa la esperanza del héroe de poder establecer y ase gurar de nuevo su sistema normal de ideales, virtudes, metas y ventajas, mediante su negativa. Pero no se tiene esa suerte: "Uno es acosado, día y noche, por el ser divino que es la ima gen del ser vivo dentro del laberinto cerrado de la propia men te perturbada. Todos los caminos hacia las puertas han sido sellados: no hay salida".
Las grandes tradiciones y religiones del mundo hablan de diversas maneras de este momento crucial que podemos des cribir como "luchar con el propio ángel". El ser o seres que guardan el umbral no admiten rodeos; el camino del Más Allá es el camino a través de Lo Otro numinoso y todas sus formas exige con frecuencia algo que parece inaceptable al que ha de iniciarse; pero la negativa parece imposible en esta región nueva y desconocida. El terror es a menudo sobreco gedor, como escribe Whitley Streiber al describir su secues tro por un ovni:

"Whitley" dejó de existir. Lo que quedaba era un cuerpo en un estado tan grande de terror que cayó sobre mí como una grue sa cortina que me asfixiaba, convirtiendo la parálisis en una si tuación que parecía cercana a la muerte. No creo que mi huma nidad ordinaria sobreviviera a esta transformación.

Ésta es una descripción muy gráfica del hecho de ser se parado por la fuerza del sentimiento más profundo de uno mismo por una entidad totalmente alienígena, y de ser dejado en suspenso en los márgenes ambiguos del ser. La experiencia de Streiber es común a muchas -aunque no todas- de las per sonas secuestradas por ovnis.
¿Podríamos tener razón sugiriendo que lo que está en cues tión en los encuentros de seres humanos con alienígenas es un determinado concepto de humanidad? Parece más que proba ble que nuestra gran ambivalencia cultural al aceptar el fenó meno ovni como real refleja un sentimiento colectivo de que las apuestas son ciertamente altas. Enfrentarse a la mirada de lo Otro exige que enfrentemos el reconocimiento doloroso de Rainer Maria Rilke: "No existe ni un solo lugar que no te esté mirando: Tienes que cambiar tu vida".
Como cultura -tal vez como especie- somos fatalmente atraídos y arrastrados por ese misterioso desconocido; y así, el miedo de Streiber no es sólo suyo. El reconocer la existencia a largo plazo de lo que Streiber llama el "fenómeno visitante", nos invita a aceptar, según sus propias palabras, "que muy bien podamos ser algo diferente de lo que creemos ser en esta tierra, por razones que no son todavía conocidas, y cuya comprensión constituirá un inmenso desafío".
Para aquellos de nosotros que no hemos sido secuestrados ni tratados injustamente, el rechazo de la llamada puede ser más sutil. Muchas personas cuyo contacto con lo Otro es telepático o se caracteriza por visiones con imágenes mitológicas pueden resistirse al principio a su experiencia, simplemente desconectándose de ella. ¿Quién de nosotros espera renunciar al sentimiento familiar y seguro de quiénes somos? Todos nosotros somos acosados por la presencia de nuestra Sombra, que dentro y alrededor de nosotros se niega a ser fácilmente colonizada por el codicioso punto focal llamado ego. Aunque una vez que se ha vivido un cierto trecho de la vida y se hace más difícil ignorar la llamada halagüeña de lo Otro a ser reconocido, que vuelve a adoptar una posición central y activa en nuestras vidas.
Los antiguos conocían la importancia de mantener una conversación íntima con el propio doble o daemon, llamado genius en latín, "ángel guardián" por el cristianismo, "hombre reflejo" por los escoceses, vardogr por los noruegos, y Doppelgdnger por los alemanes. La idea consistía en que prestando atención a desarrollar el propio "genius", este ser espiritual proporcionaría ayuda durante la vida humana mortal y en la próxima vida. Los seres humanos que descuidaban su Otro personal se convertían en entidades malignas y amenazantes llamadas "larvas", dedicadas a cernerse por la noche sobre las personas mientras dormían, aterrorizándolas, y a volver a la gente loca.

Así pues, el héroe va más allá de la negativa a aceptar la llamada, ya que, en última instancia, es imposible no aceptarla. Nosotros escogemos trabajar con las consecuencias de las experiencias ovni, caminar por el sendero espiritual, o aceptar lo que se presenta como una llamada personal, cuan do nos damos cuenta de que aceptar la llamada es menos do loroso que las temidas consecuencias secundarias de abando nar la colectividad, el rebaño, o comoquiera que se desee lla mar a la anterior manera de ser. Paracelso escribió que cada uno de nosotros tenía dos cuerpos, uno compuesto por los elementos, y el otro por las estrellas. Aceptar la Llamada a la Aventura -aunque sea "asumiendo" el propio encuentro ovni, la experiencia al borde de la muerte, o cualquier otro enfren tamiento con una realidad no ordinaria- equivale a decidir habitar el propio Cuerpo de las Estrellas.
Esto nos lleva a la segunda fase iniciática, que es la más difícil en algunos aspectos: vivir en el ambiguo ni-aquí-ni allá. Quisiera centrarme en este estado de transición entre es tados de ser, simplemente porque creo que es un lugar de una gran fertilidad y de una amplio potencial, aunque la mayoría de nosotros tendemos a vivir la apertura y la receptividad como vacío y pérdida. En su ensayo clásico "Bewixt and Between: The Liminal Period in Rites of Passage" ["Entre lo uno y lo otro: el periodo bajo el umbral en los ritos de paso"], Victor Turner escribe que la función principal de la transi ción entre dos estados es volver invisible a la persona. A efec tos ceremoniales, el neófito -la persona que pasa por la ini ciación- es considerado como estructuralmente "muerto". Esto es, inclasificable en la vieja y en la nueva condición. Invisible -no visto.
En su libro Intruders, que investiga con detalle los se cuestros ovni, Bud Hopkins incluye un extenso apartado a una carta que recibió de una mujer joven de Minnesota, que contaba haber sido secuestrada por alienígenas ovni, la pri mera vez siendo una niña, y después siendo ya adulta. Cito un amplio fragmento de su correspondencia, por su claridad al describir la crisis existencial a la que se enfrentan los secues trados.
Para muchos de nosotros [la crisis] comienza con los recuer dos. Aunque recordemos partes de nuestras experiencias, lo másnormal es intentar expulsarlas, enterrarlas en una especie de am nesia. Con frecuencia lo hacemos mediante la hipnosis, lo cual
fue para nosotros una nueva experiencia. ¡Y vaya mezcla de sen timientos que teníamos al enfrentar dichos recuerdos! Casi sinexcepción, nos sentíamos aterrorizados a medida que nos libe rábamos de estos acontecimientos traumáticos; teníamos la sen
sación de haber sido sobrepasados por su impacto. Pero tam bién existía incredulidad. No puede ser real. Debo estar soñan do. No está sucediendo. Así comenzaba la inseguridad y la autodesconfianza, los periodos alternativos de escepticismo yde certidumbre, a medida que intentábamos integrar nuestros re cuerdos en nuestro sentido de identidad y de las cosas que co nocemos. Nos sentíamos locos, pero continuamos nuestra bús queda de una explicación "real". Intentamos averiguar qué es lo que no funcionaba bien en nosotros puesto que estas imágenes
continuaban apareciendo. ¿Por qué me está haciendo la mente esto a ml ?

Esta mujer manifiesta que entiende perfectamente los sen timientos que acompañan al hecho de haberse hecho "invisi ble", por haber contado una experiencia no ajustada a las po sibilidades permitidas por la "realidad consensuada":

Y además existía el problema de hablar de nuestras expe riencias a los demás. Muchos de nuestros amigos se mostraban por supuesto escépticos, y aunque nos hería el que no nos cre yesen ¿qué podíamos hacer? Nosotros mismos éramos escépti cos por momentos, o probablemente lo habíamos sido en el pa sado. Las respuestas que nos daban los demás constituían un es pejo de las nuestras. Las personas con las que hablábamos nos creian y también dudaban de nosotros, estaban confusas y bus caban otro tipo de explicaciones, lo mismo que habíamos hecho nosotros antes. Muchas eran rígidas en su rechazo de la más mí nima posibilidad de que pudieran existir los secuestros y, con in dependencia de las palabras que utilizaran, su mensaje subya cente era claro: Yo sé mejor que tú lo que es real v lo que izo.
Nos sentíamos atrapados en un circulo vicioso que parecia im ponemos por tina sociedad escéptica en nuestra condición de se cue.strados:

¿Por qué crees que fuiste secuestrado? Lo crees porque estás loco. ¿Cómo sabemos que estás loco? Porque crees que fuiste secuestrado.


... Aprendimos de la manera más dificil, mediante la prueba y el error, a saber en quién podíamos confiar y en quién no. Aprendimos a distinguir la diferencia sutil que existe entre el sccreto y la privacidad. Pero muchos de nosotros experimenta mos un sentimiento intenso de aislamiento. Sentimos el dolor deser diferentes, aunque estuviéramos únicamente "aparentando" ser normales. Algunos llegamos a la difícil conclusión de que no existía nadie con el que pudiéramos ser totalmente nosotros mis mos y esto suponía estar en una situación muy solitaria.

En resumen, muchas de las personas contactadas y secuestradas por ovnis, así como las que han tenido una experiencia directa, inmediata e indiscutible de lo Misterioso, lo sagrado, saben lo que se siente por no ser "vistos" por aquéllos que no son "llamados" de igual manera, o que rechazan la llamada. Esta ambigüedad es especialmente marcada para los que han vuelto después de haber estado al borde de la muer te. Después de haber sido declarados clínicamente muertos y de haber flotado hacia un túnel poblado por seres de luz que les llamaban, y de volver al mundo de los vivos con un sentido inexplicablemente radiante de ser y de finalidad en la vida, muchos iniciados cuentan sentir ya todo lo humano de manera diferente. La ambigüedad aumenta cuando la familia, los amigos, y diversas personas con autoridad, desvalorizan la experiencia.

Cuando he hablado informalmente con iniciados en la experiencia ovni acerca de estas ideas, todos reconocen invariablemente los sentimientos del mundo marginal. Es como si el neófito hubiera vislumbrado algo tan profundo que determinados "hechos de la vida" anteriores a su experiencia dejan de tener ya la virtud de "verdad exclusiva". Con frecuencia, la persona se encuentra frustrada de que los demás no vean que las reglas el juego han cambiado, o que las viejas reglas habían sido siempre una de las muchas maneras de organizar la percepción más que "leyes inmutables de la naturaleza".
Al otro lado de la frustración producida por la vida en los márgenes está disponible una percepción para los que quieran entrar en ella: no ser capaz de clasificarse a uno mismo también constituye una libertad de tener que agarrarse a una sola identidad. Vivir entre lo uno y lo otro, en el reino de la incertidumbre y del no-saber pueden posibilitar nuevas comprensiones internas, nuevas maneras de "construir la realidad". En este sentido, la experiencia ovni funciona como un agente de desestructuración cultural que nos empuja a desechar ideas elementales acerca del abismo supuestamente enorme que hay entre mente y materia, espíritu y cuerpo, masculino y femenino, naturaleza y cultura, y otras dicotomías conocidas.
Vivir en las ambigüedades de la marginalidad puede verse como el paraíso perdido o, por el contrario, como una libera ción refrescante de tener que mantener intacto un paraíso uní dimensional. Podemos lamentarnos por la pérdida de límites definidos (blanco o negro, verdad y mentira, nosotros y ellos), o podemos entrar voluntariamente en los dominios margina les, preliminares y crepusculares del ser, descubriendo cara a cara nuestros demonios y ángeles desconocidos y, si quere mos, enfrentándolos con la misma fiereza con la que ellos nos enfrentan a nosotros.
En resumen, puede verse el juego como la posibilidad de escoger entrar en la paradoja y vivir en ella o, como dice mi amigo Don Michael. "aterrizar con los dos pies firmemente plantados en medio del aire". Se podría decir mucho sobre este lugar en el que los límites imprecisos presentan, no sólo un desafio para restaurar el orden perdido, sino también una oportunidad de actuar en la vasta perversidad polimórfica de la Matriz Creadora; el espacio en el que reside el Tramposo, mitad Madre Teresa y mitad Pee-wee Hermann; y en donde, como en el cuento de los hermanos Grimm "Juan de Hierro", el húmedo y peludo Hombre Salvaje descubre que el fondo del estanque tiene una conexión especial con el oro. Uno sien te cierto vacío típico al darse cuenta de cómo nuestra herencia judeocristiana ha negado, una y otra vez, la conexión entre el aspecto salvaje y sensual que afirma la vida y la experiencia de lo sagrado.
También existe una dimensión colectiva de marginalidad, a medida que se clarifica, desde los últimos años de la década delos cuarenta, la ininterrumpida conciencia fronteriza de los ov nis. Tanto si nos gusta como si no, nuestra cultura, la cultura humana, también está viviendo en los márgenes, al borde, en tre dos mundos. Heidegger dijo que estamos viviendo una épo ca intermedia entre la muerte de los viejos dioses y el naci miento de los nuevos, y Jung creía que los ovnis constituían fundamentalmente un símbolo de "cambios en la constelación de los elementos dominantes psíquicos, de los arquetipos, o `dioses', como se les solía llamar, que producen -o acompañan a- transformaciones duraderas de la psique colectiva".
Pero, ¿cómo enraizamos, real-izamos dichas ideas? Empezando por donde estamos, aquí, midiendo la "grieta en el huevo cósmico". Por definición, las transiciones son flui das, difíciles de definir en términos estáticos o estructurales; y lo mismo sucede con las iniciaciones ovni. Muchas personas que han atravesado dichas iniciaciones sienten que han deja do de existir. En realidad, han dejado de existir en el nivel en el que se encontraban confiadas y a gusto. También nuestra cultura ha atravesado el umbral de la comodidad y de la se guridad del dualismo newtoniano-cartesiano. El filósofo Coomaraswamy dijo: "Ninguna criatura puede alcanzar un cierto nivel de naturaleza si no deja de existir".
Personas que han tenido un encuentro cercano con ovnis me han confesado que se han visto forzadas a luchar a brazo partido con la idea de que el mundo no es tan simple como parecía cuando crecían junto a papá y a mamá. Se han visto obligadas a darse cuenta de que el mundo está lleno de inmensos panoramas y abismos. ¿Y dónde se encuadra en todo esto la experiencia ovni? Yo no lo sé muy bien, pero sospecho que tiene algo que ver con haber sido introducido en el secreto, la broma cósmica; con "haber visto demasiado", de manera que ya no es un opción honrada volver a un mundo de pensamiento newtoniano, ingenuo y fragmentado.
Es posible que las experiencias ovni, las experiencias al borde de la muerte, las apariciones de la Virgen María, y otros encuentros visionarios chamánicos actuales, constituyan un empujón hacia nuestro próximo nivel de conciencia, como la manifestación súbita de la sexualidad es un empujón en el paso de la niñez a la adolescencia. Ambos fenómenos representan la muerte de un modo ingenuo de ser anterior. El privilegio de ser joven -ya sea una persona, un planeta o un alma- es el de poder creer que es posible seguir siendo inocente para siempre. Pero una vez que se ha cruzado el umbral marginal del ser, del reino que no está ni aquí ni allí, sólo podemos evitar morir a las identidades previas tomando el sendero del falso ser, la vida de la negación.
Me parece perfectamente justificado que el fenómeno ovni haya confundido a la ciencia, a los medios universitarios y a las comisiones gubernamentales de investigación. Si queremos, esta misma interferencia de nuestras señales- cognitivas puede tomarse como una maravillosa oportunidad para dejar de intentar reconstituir de nuevo a Humpty Dumpty, y en lu gar de ello eliminar el ruido del circuito de comunicación, las distorsiones que surgen de la conciencia individualizada, limitada y orientada hacia el ego, que se toma a sí misma por la totalidad. Permitir que el huevo cósmico permanezca roto nos libera para empezar a retirarnos del cubo de la basura de la cultura profana, de una manera de vivir basada en el rechazo de la relación simbiótica con Gaia, la tierra, cuya corriente continua de comunicación pretendemos no oír, debido al pe culiar estado alterado de conciencia que llamamos inteligen cia racional.
Creo que no hay que estar esperando una "solución" abs tracta al "problema ovni", ya que dicha solución no está se parada ni es separable de nuestro verdadero esfuerzo por co nocer. Nos hemos apartado mucho de nuestro derecho de na cimiento -la presencia sentida del tnysterium tremendum, el misterio de ser que le hace a uno estremecerse- y sólo noso tros podemos corregirlo. Terence McKenna lo expresa de la siguiente manera: "La gnosis es un conocimiento privilegiadootorgado a los valientes". ¿Podemos emplazar al valor a reci bir el verdadero conocimiento?
J. Campbell habla del que se desplaza de la realidad ordina ria y se pone en contacto con las maravillas sobrenaturales, y vuelve de nuevo a la realidad ordinaria, como el Maestro de los Dos Mundos. Libre de ir y venir a través de las divisiones entre los dos reinos, del tiempo al no tiempo, de la superficie a la profundidad causal y de nuevo a la superficie, el Maestro cono ce ambas realidades y no se instala en ninguna. Dice Campbell:

El discípulo ha sido bendecido con una visión que trascien de el alcance del destino humano normal, y que equivale a un vislumbre de la naturaleza esencial del cosmos. Ante él se ha abierto, no sólo su destino personal, sino el destino de la huma nidad, el de la vida en su totalidad, el átomo y todos los sistemas solares; y esto en condiciones que se ajustan a su comprensión humana, es decir, en términos de una visión antropomórfica: elHombre cósmico.


Hay que señalar la insistencia de Campbell en que la vi sión transformadora se revela "en condiciones que se ajustan a su comprensión humana". Entre otras cosas, esto nos pre viene contra la enorme inflación del ego que se produce fre cuentemente tras una experiencia ovni, en especial cuando además existe una "canalización". Precisamente porque la vi sión de ovnis parece absurda a la conciencia ordinaria, no ini ciada, la experiencia (y quien la ha tenido) será ridiculizada por la colectividad. El iniciado en esta experiencia, al tener sentimientos de rechazo vividos como un insulto añadido al daño de la dura realidad que ha experimentado, se ve tentado a aliviar el sentimiento de que le conviertan en menos que una persona ordinaria, con la pretensión de ser extra-ordina ria, adoptando a veces el papel del profeta cósmico que ha vislumbrado un nuevo horizonte universal.

Cualquiera de nosotros que hayamos tenido experiencias extraordinarias deberíamos vigilar esta tendencia. Debemostener en mente que ser "invisible" para la cultura en general puede ser tanto una bendición como una maldición; que no ser mirado, ser ignorado y desvalorizado puede ser un impulso para tomar otro camino: el camino silencioso. El sendero sua ve y tranquilo oculto al escenario. El trabajo del alma toma tiempo. Esto quiere decir que tenemos que hacer tiempo vo luntariamente, particularmente en nuestra cultura secular cada vez más hiperactiva y extravertida. La cuestión que debemos preguntamos, ya que estamos implicados en explorar los fe nómenos desvalorizados por la conciencia mayoritaria, es si el peso de ser desvalorizados por los no iniciados es realmente mayor que el peso de intentar convencerles de que hemos te nido una experiencia que, al menos a causa de nuestra implicación, nos hace algo "especiales".
Yo prefiero el primer camino, por el sentimiento de libertad que proporciona respecto al hecho de tener que saber qué es la realidad. En la medida en que la experiencia ovni es un "corte" de las viejas amarras, también proporciona una oportunidad de deshacerse de las clasificaciones aceptadas en nuestra cultura, de interrogarnos acerca de todo lo que una vez dimos por sentado, y de ampliar la perspectiva sobre una transición más amplia, incluso, que la nuestra personal: el cambio hacia una nueva manera de ser de la humanidad.

Puedo decir que he sido muy afortunado al conocer a algunos iniciados en la experiencia ovni que, como todos los que han entrado en el misterio de lo sagrado por otros senderos, se han convertido en Maestros de los Dos Mundos, precisamente porque han trascendido la ilusión de que su experiencia, tanto si es positiva como negativa, les pertenece, o les sucedió a ellos, personalmente. Whitley Streiber, que aceptó realmente su experiencia de manera personal, admite en un momento, en Communion, que cuando preguntó a sus captores del ovni "¿por qué yo?", obtuvo esta respuesta: "Porque la luz estaba encendida; nosotros vimos la luz".


Esto sería seguramente "un palo" para mi ego: a Whitley simplemente le dicen que se detuvieron donde él estaba, no porque intentaban ungirle avatar de la Nueva Era, ni siquiera para forzarle a escribir un relato bestseller de sus experiencias. Se detuvieron allí sencillamente, porque ¡se había deja do encendida la luz de su habitación! He aquí de nuevo una maravillosa oportunidad de aprovechar la propia invisibilidad, de permitir que ell encuentro ovni libere nuevos niveles de identificaciones del ego, limitaciones personales y miedos. Campbell escribe: "habiendo sido totalmente disueltas sus ambiciones personales, ya no trata de vivir, sino que se rela ja voluntariamente ante lo que pueda pasarle dentro; se con vierte, por decirlo de alguna manera, en un anonimato".

¿Cómo se vive "anónimamente" en el mundo con el se creto de un extraordinario conocimiento a mano? Escuchemos las palabras del sabio espiritual Shankaracharya sobre este tema:

A veces un loco, a veces un sabio, a veces poseído por un es plendor real; a veces errante, a veces inerte como una serpiente pitón, a veces con un expresión benigna; a veces venerado, a veces insultado, a veces desconocido: así vive el hombre reali

zado. siempre feliz en suprema beatitud. Lo mismo que un actor es siempre un ser humano, tanto si se pone el traje de su papel como si lo deja de lado, as¡ es el conocedor perfecto de lo Imperecedero, siempre lo Imperecedero, y nada más.

Continua...


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